DSantisMIAMI (AP) — Un número récord de 1.120 personas acusadas de estar ilegalmente en Estados Unidos fueron arrestadas en menos de una semana durante una redada orquestada por autoridades federales, estatales y locales en Florida, una operación que las autoridades atribuyeron el jueves al creciente número de departamentos de policía local y agencias estatales que se han sumado a la campaña del presidente Donald Trump para llevar a cabo deportaciones masivas.
Esa cooperación se puso de manifiesto el jueves, cuando el gobernador del estado, Ron DeSantis, se sumó a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional para elogiar los arrestos.
“Continuaremos participando en amplios esfuerzos policiales internos”, declaró DeSantis en una conferencia de prensa conjunta con funcionarios federales. “Esto es sólo el comienzo”.
La policía local puede arrestar a migrantes y detenerlos por incumplimiento de las leyes migratorias en virtud de acuerdos específicos. En diciembre, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) tenía 135 acuerdos en 21 estados. Ahora se han incrementado a 517 en 39 estados, y hay otros pendientes de aprobación con otras 74 agencias.
A medida que el gobierno de Trump intensifica la cooperación con agencias estatales y locales, da pasos para tomar represalias contra aquellos que limitan su ayuda a las autoridades migratorias. El presidente firmó el lunes una orden ejecutiva para publicar una lista de jurisdicciones “santuario”, y reiteró sus amenazas de presentar cargos penales contra funcionarios estatales o locales que obstaculicen a la política federal.
Quienes se oponen a que los funcionarios locales se involucren en la aplicación de las normas migratorias sostienen que la práctica viola una cláusula de la Constitución que atribuye la responsabilidad de hacerlo a las autoridades federales, no a las estatales.
“Esto es hallar métodos para aterrorizar a comunidades”, declaró Katie Blankenship, abogada de inmigración y cofundadora de Sanctuary of the South, quien añadió que los agentes locales no están capacitados para manejar asuntos migratorios “de manera justa”.
Los objetivos de deportación de Trump podrían ser demasiado grandes para el ICE por sí solo
El ICE, que tiene unos 6.000 agentes de deportación, necesita ayuda para lograr el objetivo de Trump de expulsar del país a muchas de los aproximadamente 11 millones de personas que están en el país ilegalmente, de acuerdo con un cálculo conservador.
Texas, cuyo gobernador republicano, Greg Abbott, es un estrecho aliado de Trump en materia de migración, tiene registrados 76 acuerdos, los cuales lo convierten en el segundo estado con más pactos. Incluyen uno firmado el 10 de abril con la Guardia Nacional estatal. Texas también ha firmado un acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para que sus efectivos de la Guardia Nacional arresten a personas en la frontera.
Georgia y Carolina del Norte también se han sumado a la causa de Trump, pero ningún estado se acerca al nivel de cooperación de Florida, donde se han adherido agencias de los 67 condados. Algunas de las instituciones participantes parecen tener poco —si es que tienen algo— que ver con la aplicación de la ley de inmigración, como el Departamento de Servicios de Lotería y la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre.
Durante el gobierno del expresidente Joe Biden no se firmó ningún acuerdo de este tipo. Muchos de los nuevos pactos se ajustan a un “modelo de fuerza especial” por el cual la policía arresta a inmigrantes en calles y en comunidades, en lugar de al “modelo policial en cárceles”, por el cual el ICE sólo aprehende a personas cuando son colocadas en cárceles o prisiones estatales y locales.
Lena Graber, abogada sénior del Immigrant Legal Resource Center —un grupo activista que aboga por los inmigrantes—, indicó que el gobierno del presidente Barack Obama eliminó el modelo de fuerza especial en 2012 debido a la preocupación generalizada de que las organizaciones policiales autorizadas bajo este modelo estaban siendo racistas al realizar arrestos.
Escasean los detalles sobre los arrestados
El jueves, DeSantis y funcionarios federales ofrecieron algunos detalles de la “Operación ola gigante”, el operativo policial ejecutado por diversas agencias que, según el ICE, culminó con el arresto del mayor número de personas que estaban ilegalmente en Estados Unidos en un solo estado en una semana desde que la agencia fue creada en 2003.
“Si bien esta puede ser la primera... operación de su tipo, gracias al gobernador no será la última”, apuntó Madison Sheahan, subdirectora del ICE. “No nos detendremos”, advirtió, “porque no hay tolerancia para los extranjeros ilegales, criminales”.
Autoridades federales dijeron que entre las 1.120 personas arrestadas había muchas sujetas a órdenes definitivas de deportación y que tenían condenas penales en sus registros, pandilleros de organizaciones como Tren de Aragua y MS-13, delincuentes sexuales y prófugos de la justicia. La mayoría de los arrestados eran de Guatemala (437) y México (280).
Los funcionarios proporcionaron pocos detalles sobre las personas arrestadas, cómo fueron arrestadas o dónde. Identificaron a ocho personas por su nombre, de las que dicen tienen antecedentes penales además de estar en el país ilegalmente.
La Florida Immigrant Coalition (FLIC), una organización activista con más de 80 miembros en todo el estado, señaló que las autoridades no mostraron evidencia de que los detenidos hubieran cometido delitos contra el público.
“DeSantis y el ICE están evadiendo la verdad”, manifestó Renatta Bozzetto, subdirectora de la FLIC. “La historia que no están contando es que están ignorando el debido proceso, destrozando familias”.
Funcionarios de Florida dicen que muchas agencias locales todavía están esperando capacitación federal para apoyar en acciones próximas de control de la inmigración. Sin embargo, las últimas detenciones del ICE muestran cómo los papeles estatales y locales podrían crecer.
Un operativo involucró a unos 80 agentes de la Patrulla de Caminos de Florida (FHP, por sus siglas en inglés) contra gente en Jacksonville, Orlando y Tallahassee, así como en los condados Broward y Miami-Dade, explicó Bill Smith, presidente de la sección de la FHP de la Asociación de Beneficencia de la Policía de Florida. Un portavoz de la Patrulla de Caminos no respondió a preguntas.
Algunos defensores de los inmigrantes señalaron que la mayoría de las detenciones fueron realizadas por policías locales y patrulleros estatales, no por el ICE. Los afectados fueron arrestados durante controles de tráfico o a la salida del trabajo. Algunos no tenían antecedentes penales y habían solicitado asilo, o tenían permiso de trabajo, según activistas.
Una familia es separada de repente
Jessica Ramírez, coordinadora general de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de Florida, indicó que la mayoría de los arrestados eran hombres. En algunos casos —aunque no muchos— los funcionarios del ICE llamaron a la puerta en viviendas de inmigrantes, añadió.
“La gente tiene muchísimo miedo de salir a manejar, miedo a la policía”, observó Ramírez. “La recomendación es que manejen con precaución, siguiendo las reglas, y no den motivos para que la policía los pare”.
Chica, una mujer guatemalteca de 25 años que pidió ser identificada únicamente por su primer nombre por temor a ser detenida, contó que Fernando, su pareja y padre de su bebé de 3 meses, fue detenido el viernes por la mañana mientras iba en un auto con otros tres inmigrantes hacia su trabajo en la construcción. No ha sabido de él desde entonces.
“Amor, la policía nos agarró”, le escribió Fernando, un guatemalteco de 20 años, el viernes a las 7:47 de la mañana.
Chica apuntó que él tenía una solicitud de asilo pendiente y permiso de trabajo. La policía le pidió al conductor del vehículo que mostrara su licencia, pero él no tenía. Entonces los agentes detuvieron a los cuatro ocupantes, incluido a Fernando, que llegó solo a Estados Unidos en 2020.
“Me preocupé mucho. No puedo creer que lo hayan agarrado”, dijo Chica, que ahora está sopesando regresar a Guatemala. “Me da miedo que lo deporten y yo me quede aquí sin la ayuda de nadie”.
Payne informó desde Tallahassee, Florida. Rebecca Santana contribuyó desde Washington.
KATE PAYNE writes about state government and education and is based in Tallahassee, FL. She is a Report for America corps member.
(AP Foto/Rebecca Blackwell)
POR  GISELA SALOMÓN and KATE PAYNE
Senado EEUUWASHINGTON (AP) — Los republicanos en el Senado de Estados Unidos repelieron el miércoles por poco margen una resolución demócrata que habría bloqueado los aranceles globales anunciados por el presidente Donald Trump a principios de este mes, otorgando al mandatario una modesta victoria mientras los legisladores de ambos partidos se mantienen escépticos respecto a su agenda comercial.
Trump anunció los aranceles generales contra casi todos los socios comerciales de Estados Unidos el 2 de abril, pero se retractó unos días después tras un colapso del mercado, y suspendió dichos impuestos por 90 días.
Y en medio de la incertidumbre tanto para los consumidores como para las empresas estadounidenses, el Departamento de Comercio informó el miércoles que la economía de Estados Unidos se contrajo 0,3% de enero a marzo, la primera caída en tres años.
La votación de 49-49 en el Senado se produjo semanas después de que la cámara alta aprobara una resolución que habría frustrado la capacidad de Trump para imponer aranceles a Canadá. Esa medida fue aprobada 51-48 con los votos de cuatro senadores republicanos: Susan Collins de Maine, Lisa Murkowski de Alaska, y Mitch McConnell y Rand Paul de Kentucky. Pero McConnell —quien ha sido muy crítico con los aranceles pero no había dicho cómo votaría— y el senador demócrata Sheldon Whitehouse estuvieron ausentes el miércoles, negando a los demócratas los votos necesarios para la aprobación.
Los demócratas dijeron que su objetivo principal era dejar constancia de la posición de los republicanos y tratar de reafirmar los poderes del Congreso.
“El Senado no puede ser un espectador pasivo en la locura de los aranceles”, afirmó el senador Ron Wyden, uno de los principales patrocinadores de la resolución.
El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, dijo que las desalentadoras cifras económicas deberían ser una “llamada de atención” para los republicanos.
Cautelosos de una reprimenda a Trump, los líderes del Partido Republicano alentaron a su conferencia a votar contra la resolución, aun cuando muchos de ellos siguen sin estar convencidos sobre los aranceles. El vicepresidente JD Vance asistió a un almuerzo del Partido Republicano del Senado el martes con el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, quien aseguró a los senadores que el gobierno está avanzando hacia acuerdos comerciales con países individuales.
Collins dijo antes de la votación que cree que la resolución demócrata es demasiado amplia, pero la apoyaba porque envía un mensaje de que “realmente necesitamos ser mucho más selectivos al imponer estos aranceles y no tratar a aliados como Canadá de la misma manera que tratamos a adversarios como China”.
Pero algunos republicanos argumentaron que la votación era una maniobra política.
Los demócratas dicen que el hecho de que los republicanos no planten cara a Trump podría tener consecuencias graves. “Lo único que han logrado los aranceles de Donald Trump es aumentar las probabilidades de recesión y enviar los mercados a una espiral descendente”, afirmó Schumer. “Hoy, tienen que elegir: quedarse con Trump o apoyar a sus estados”.
La resolución demócrata forzó una votación bajo un estatuto que les permite intentar terminar con la emergencia económica nacional que Trump utilizó para imponer los aranceles.
La senadora Elizabeth Warren la calificó como una emergencia “falsa” que Trump está usando para imponer sus aranceles “intermitentes, de luz roja, luz verde”.
Los aranceles “están empujando nuestra economía al borde del abismo”, indicó Warren.
El presidente republicano ha dicho que sus aranceles no provocarán una recesión y su gobierno se ha centrado en China, aumentando los aranceles sobre los productos chinos al 145% incluso mientras pausa los demás. Dijo a su gabinete el miércoles por la mañana que, como consecuencia de los aranceles, China estaba “teniendo tremendas dificultades porque sus fábricas no están haciendo negocios”.
Trump afirmó que Estados Unidos realmente no necesita importaciones del principal fabricante del mundo. “ Tal vez los niños tendrán dos muñecos en lugar de 30 muñecos ”, comentó. “Así que tal vez los dos muñecos costarán un par de dólares más de lo que costarían normalmente”.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
(AP Foto/Mark Schiefelbein)
POR  MARY CLARE JALONICK
Economia empresasLa economía estadounidense se contrajo a un ritmo anual del 0,3 % entre enero y marzo, la primera caída en tres años, debido a que las guerras comerciales del presidente Donald Trump afectaron negativamente a las empresas. El crecimiento del primer trimestre se vio frenado por un aumento repentino de las importaciones, ya que las empresas estadounidenses intentaron importar productos extranjeros antes de que Trump impusiera aranceles masivos .
La caída del producto interno bruto (PIB) —la producción nacional de bienes y servicios— entre enero y marzo revirtió un aumento del 2,4 % en los últimos tres meses de 2024. Las importaciones crecieron a un ritmo del 41 %, el más rápido desde 2020, y restaron 5 puntos porcentuales al crecimiento del primer trimestre. El gasto del consumidor también se desaceleró drásticamente, pasando del 4 % registrado en octubre-diciembre del año pasado al 1,8 %. El gasto del gobierno federal se desplomó un 5,1 % en el primer trimestre.
Los analistas encuestados por la firma de datos FactSet esperaban, en promedio, que la economía lograra un crecimiento del 0,8% en el primer trimestre, pero muchos esperaban que el PIB cayera.
Los mercados financieros se desplomaron tras el informe. El Dow Jones se desplomó 400 puntos al inicio de la sesión, poco después de la publicación de las cifras del PIB. El S&P 500 cayó un 1,5 % y el Nasdaq Composite, un 2 %.
Es probable que el aumento de las importaciones, el más rápido desde 1972, exceptuando las perturbaciones económicas causadas por la COVID-19, se revierta en el segundo trimestre, lo que aliviará el peso del PIB. Por ello, Paul Ashworth, de Capital Economics, pronostica que el crecimiento entre abril y junio repuntará hasta alcanzar un aumento del 2 %.
Los déficits comerciales reducen el PIB. Pero eso es principalmente una cuestión de matemáticas. Se supone que el PIB solo contabiliza lo producido internamente. Por lo tanto, las importaciones —que el gobierno contabiliza como gasto de consumo en el informe del PIB cuando se compra, por ejemplo, chocolate suizo— deben restarse para evitar que inflen artificialmente la producción nacional.
Y otros aspectos del informe del PIB del miércoles sugirieron que la economía lucía sólida a principios de año.
Una categoría dentro de los datos del PIB que mide la fortaleza subyacente de la economía aumentó a una saludable tasa anual del 3% entre enero y marzo, frente al 2,9% del cuarto trimestre de 2024. Esta categoría incluye el gasto del consumidor y la inversión privada, pero excluye elementos volátiles como las exportaciones, los inventarios y el gasto público.
Aun así, muchos economistas dicen que los enormes impuestos a las importaciones de Trump —la forma errática en que los ha implementado— dañarán el crecimiento en la segunda mitad del año y que los riesgos de recesión están aumentando.
“Creemos que la desaceleración económica se agravará en el segundo semestre de este año”, escribió Carl Weinberg, economista jefe de High Frequency Economics. “La incertidumbre corrosiva y el aumento de impuestos (los aranceles son un impuesto a las importaciones) volverán a arrastrar el crecimiento del PIB a números rojos para finales de este año”.
El informe del miércoles también mostró un aumento de precios que probablemente preocupará a la Reserva Federal, que aún intenta frenar la inflación tras un intenso repunte de la pandemia. El indicador de inflación predilecto de la Fed —el índice de precios del gasto en consumo personal (PCE)— aumentó a una tasa anual del 3,6%, frente al 2,4% del cuarto trimestre. Excluyendo los precios volátiles de los alimentos y la energía, la denominada inflación subyacente del PCE registró un 3,5%, en comparación con el 2,6% de octubre a diciembre. El banco central aspira a una inflación del 2%.
Las cifras del PIB del primer trimestre "ponen de relieve la difícil situación de la Reserva Federal", escribió Ryan Sweet, de Oxford Economics, en un comentario. La Fed debe sopesar si recortar los tipos de interés para impulsar el crecimiento económico o mantenerlos elevados debido a la elevada inflación. "La economía se mantuvo prácticamente estancada durante los tres primeros meses del año, mientras que el crecimiento de la inflación general y subyacente se aceleró, lo que avivó la preocupación por la estanflación".
Trump heredó una economía sólida que creció de forma sostenida a pesar de las altas tasas de interés impuestas por la Reserva Federal en 2022 y 2023 para combatir la inflación. Sus políticas comerciales erráticas, incluyendo aranceles del 145% a China, han paralizado las empresas y amenazado con subir los precios y perjudicar a los consumidores.
Los demócratas se apresuraron a culpar a Trump de interrumpir varios años de sólido crecimiento económico. La senadora demócrata Elizabeth Warren, de Massachusetts, declaró: «A 100 días de su presidencia, los aranceles de luz roja y luz verde de Donald Trump están conteniendo nuestra economía, y las empresas están acumulando importaciones en previsión del fin del mundo de los aranceles».
Está surgiendo evidencia potencial de que el sólido mercado laboral, un pilar de la economía estadounidense durante la recesión pandémica, podría estar debilitándose.
El miércoles, la empresa proveedora de nóminas ADP informó que las empresas crearon solo 62.000 empleos en abril, aproximadamente la mitad de lo previsto, y una reducción con respecto a los 147.000 de marzo. Esto podría indicar que las empresas están adoptando una estrategia más cautelosa en la contratación ante la incertidumbre sobre los aranceles. Aun así, las cifras de ADP suelen diferir de los informes de empleo del gobierno, que se publican el viernes.
Los empleadores de los sectores de la educación y la salud, las tecnologías de la información y los servicios empresariales y profesionales recortaron puestos de trabajo. Estos últimos incluyen sectores como la ingeniería, la contabilidad y la publicidad.
“Inquietud es la palabra del día”, dijo Nela Richardson, economista jefe de ADP. “Puede ser difícil tomar decisiones de contratación en un entorno así”.
Christopher Rugaber ha cubierto la Reserva Federal y la economía estadounidense para AP durante 16 años. Ha sido dos veces finalista del premio Gerald Loeb de periodismo empresarial.
(Foto AP/Ng Han Guan, Archivo)
Florida deportacionesMIAMI (AP) — El listado de departamentos de policía local y agencias estatales que se han unido a la campaña del presidente Donald Trump para llevar a cabo deportaciones masivas ha aumentado a más de 500, y casi la mitad están en Florida.
Esa cooperación se pondrá de manifiesto el jueves, cuando el gobernador del estado, Ron DeSantis, se una a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos para promocionar una operación que, según las autoridades, resultó en alrededor de 800 arrestos de migrantes en menos de una semana.
La policía local puede arrestar a migrates y detenerlos por incumplimiento de las leyes migratorias en virtud de acuerdos específicos. En diciembre, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) tenía 135 acuerdos en 21 estados. Ahora se han incrementado a 506 en 38 estados, con otras 74 agencias pendientes de aprobación.
A medida que el gobierno de Trump intensifica la cooperación con agencias estatales y locales, da pasos para tomar represalias contra aquellas que limitan su ayuda a las autoridades migratorias. El presidente firmó el lunes una orden ejecutiva para publicar una lista de jurisdicciones “santuario” y reiteró sus amenazas de presentar cargos penales contra funcionarios estatales o locales que obstaculicen a la política federal.
Quienes se oponen a que los funcionarios locales se involucren en la aplicación de las normas migratorias sostienen que la práctica viola una cláusula de la Constitución que atribuye la responsabilidad de hacerlo a las autoridades federales, no a las estatales.
“Se están encontrando métodos para aterrorizar a las comunidades”, dijo Katie Blankenship, abogada de inmigración y cofundadora de Sanctuary of the South, que agregó que los agentes locales no están capacitados para manejar asuntos migratorios “de manera justa”.
Objetivos de deportación de Trump, demasiado grandes para ICE
ICE, que cuenta con alrededor de 6.000 agentes de deportación, necesita ayuda para lograr el objetivo de Trump de expulsar del país a muchos de los aproximadamente 11 millones de personas que no tienen la documentación en regla, de acuerdo con estimaciones conservadoras.
Texas, cuyo gobernador republicano, Greg Abbott, es un estrecho aliado de Trump en materia de migración, tiene registrados 76 acuerdos que lo convierten en el segundo estado con más pactos. Incluyen uno firmado el 10 de abril con la Guardia Nacional estatal. Además, ha alcanzado otro con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para que sus efectivos de la Guardia Nacional practiquen detenciones en la frontera.
Georgia y Carolina del Norte también se han unido a la causa de Trump, pero ningún estado se acerca al nivel de cooperación de Florida, donde se han adherido agencias de los 67 condados. Algunas de las instituciones participantes parecen tener, en el mejor de los casos, poco que ver con la aplicación de la ley de inmigración, como el Departamento de Lotería y la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre.
Durante el gobierno del expresidente Joe Biden no se firmó ningún acuerdo de este tipo. Muchos de los nuevos pactos se ajustan a un “modelo de fuerza operativa” por el cual la policía arresta a migrantes en calles y en comunidades, en lugar de al “modelo de aplicación de la ley en cárceles” por el cual ICE solo aprehende a personas que ingresan en cárceles o prisiones estatales y locales.
Según las autoridades en Florida, muchas agencias locales todavía están esperando capacitación federal. Sin embargo, las últimas detenciones de ICE, dentro de lo que la agencia ha bautizado como “Operación ola gigante”, muestran cómo pueden aumentar los roles estatales y locales.
Unos 80 oficiales de la Patrulla de Carreteras de Florida participaron en un operativo contra gente en Jacksonville, Orlando y Tallahassee, así como en los condados de Broward y Miami-Dade, explicó Bill Smith, presidente de la sección de la FHP de la Asociación Benéfica de la Policía de Florida. Un portavoz de la Patrulla de Carreteras no respondió a preguntas.
Las autoridades se centraron en personas con órdenes definitivas de deportación y detuvieron a otras con órdenes de arresto pendientes por delitos anteriores, como conducir bajo los efectos del alcohol o sin licencia, agregó Smith.
”¡Florida lidera el país en cooperación activa con el gobierno de Trump para la aplicación de la ley de inmigración y operaciones de deportación!”, manifestó DeSantis después de que ICE anunciara los arrestos el sábado.
Algunos defensores de los inmigrantes señalaron que la mayoría de las detenciones fueron realizadas por policías locales y patrulleros estatales, no por ICE. Los afectados fueron arrestados durante controles de tráfico o a la salida del trabajo. Algunos no tenían antecedentes penales y habían solicitado asilo, o tenían permiso de trabajo, según los activistas.
Una familia destrozada de repente
Jessica Ramírez, coordinadora general de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de Florida, apuntó que la mayoría de los arrestados eran hombres. En algunos casos, aunque no muchos, los funcionarios de ICE llamaron a sus casas, añadió.
“La gente tiene muchísimo miedo de salir y manejar, miedo a la policía”, dijo Ramírez. “La recomendación es que manejen con precaución, siguiendo las reglas, y no den motivos para que la policía los pare”.
Chica, una mujer guatemalteca de 25 años que pidió ser identificada únicamente por su primer nombre por temor a ser detenida, contó que Fernando, su pareja y padre de su bebé de tres meses, fue detenido el viernes por la mañana mientras iba en un auto con otros tres inmigrantes hacia su trabajo en la construcción. No ha sabido de él desde entonces.
“Amor, la policía nos agarró”, le escribió Fernando, un guatemalteco de 20 años, el viernes a las 7:47 de la mañana
Chica apuntó que tenía una solicitud de asilo pendiente y permiso de trabajo. La policía le pidió al conductor del vehículo que mostrara su licencia, pero no tenía. Los agentes detuvieron entonces a los cuatro ocupantes, incluyendo Fernando, que llegó a Estados Unidos solo en 2020.
“Me preocupa mucho. No puedo creer que lo hayan agarrado”, contó China, que ahora está considerando regresar a Guatemala. “Me da miedo que lo deporten y yo me quede aquí sin la ayuda de nadie”
Grady Judd, jefe de la policía del condado de Polk, en el centro de Florida, calificó el operativo como una “gota en el océano” y expresó su frustración con lo que calificó como la incapacidad del gobierno federal para llevar a cabo arrestos y deportaciones a mayor escala.
“La razón por la que creo que se estaban enfocando en aquellos listos para ser deportados es que no hay lugar para poner a tanta gente”, afirmó Judd. “Estamos ansiosos por cooperar con ellos. Pero es un sistema y proceso del gobierno federal. Y no está cambiando muy rápido”.
Payne informó desde Tallahassee, Florida.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
GISELA SALOMON is a Miami-based reporter who covers Latin America and immigration affairs for The Associated Press.
Salomon es una periodista que desde Miami cubre asuntos latinoamericanos y de inmigracion.
KATE PAYNE writes about state government and education and is based in Tallahassee, FL. She is a Report for America corps member.
(AP Foto/Rebecca Blackwell, archivo)
POR  GISELA SALOMON and KATE PAYNE
Los inmigrantesPANHANDLE, Texas (AP) — El conductor del camión corta el césped en una tarde ventosa, en un pueblo tan tranquilo que se pueden hacer caminatas vespertinas por el medio de Main Street.
Kevenson Jean se marcha al día siguiente para otro largo viaje y quiere que la casa de dos habitaciones que comparte con su esposa en el pueblo del Panhandle de Texas, apropiadamente llamado Panhandle, esté impecable. Así que, después de cortar el césped, arranca con cuidado el césped de alrededor de los mástiles de su jardín delantero. Uno sostiene la bandera haitiana, el otro, la estadounidense. Ambas se están desvaneciendo con el sol.
La joven pareja, que huyó de la violencia que asola Haití , pensó hasta hace unos meses que podía ver el sueño americano, en algún lugar a lo lejos.
Ahora están atrapados en la confusión y el miedo que se extiende por las comunidades inmigrantes que pueblan esta región. Los recién llegados han venido aquí durante generaciones para trabajar en las inmensas plantas empacadoras de carne que surgieron a medida que el estado se convertía en el principal productor de ganado del país . Pero después de que el presidente Donald Trump tomara medidas para eliminar las vías legales que inmigrantes como los Jeans han utilizado, su futuro, así como el de las comunidades e industrias de las que forman parte, es incierto.
"No somos delincuentes. No estamos robando empleos estadounidenses", dijo Jean, cuyo trabajo transportando carne y otros productos ya no atrae a tantos conductores nacidos en Estados Unidos como antes.
Ha estado ganando más dinero del que jamás imaginó. Ha descubierto el placer de la cerveza Bud Light, la pesca y los Dallas Cowboys. Cuando no está en uno de sus dos trabajos de servicio de comidas, su esposa, Sherlie, mejora su inglés leyendo novelas románticas de bolsillo, con las portadas llenas de mujeres deslumbrantes.
“Hicimos todo lo que nos pidieron que hiciéramos y ahora nos tienen en la mira”.
“Sal de los Estados Unidos”
El mensaje fue contundente.
“Es hora de que abandonen los Estados Unidos”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional en un correo electrónico a principios de abril a algunos inmigrantes que tenían permiso legal para vivir en el país. “No intenten permanecer en los Estados Unidos: el gobierno federal los encontrará”.
Esto es lo que Trump había prometido durante mucho tiempo
La inmigración a Estados Unidos, tanto legal como ilegal , aumentó durante la administración Biden, y Trump convirtió eso en una visión apocalíptica que resultó poderosa entre los votantes .
La retórica de la Casa Blanca se ha centrado en la inmigración ilegal y en el número relativamente pequeño de inmigrantes que, según afirman, pertenecen a pandillas o han cometido delitos violentos. Sin embargo, la administración Trump también ha intentado eliminar muchas vías legales para que los inmigrantes ingresen a Estados Unidos y revocar el estatus migratorio temporal de cientos de miles de personas que ya se encuentran aquí, argumentando que no se ha investigado adecuadamente a las personas.
Jean se encuentra entre los aproximadamente 2 millones de inmigrantes que viven legalmente en Estados Unidos con algún tipo de estatus migratorio temporal. La mayoría ha huido de países con graves problemas: Haití, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Afganistán, Myanmar y Sudán. Muchos tienen permiso para trabajar en Estados Unidos, tener empleo y pagar impuestos.
Jean se muestra comprensivo en ciertos aspectos con la represión de la inmigración.
“Respeto lo que dice la Casa Blanca”, dijo. “Están trabajando para que Estados Unidos sea más seguro”.
Pero diré que no todos los inmigrantes son pandilleros. No todos los inmigrantes son como los delincuentes. Algunos, como mi esposa y yo, y otras personas, vienen aquí solo para tener una vida mejor.
El gobierno informó a más de 500.000 cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos que perderían su estatus legal el 24 de abril, aunque un juez lo suspendió . Está previsto que unos 500.000 haitianos pierdan otro estatus de protección en agosto.
¿Tienes algún dato noticioso?
Contacte al equipo de investigación global de AP en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. . Para comunicaciones seguras y confidenciales, utilice la aplicación gratuita Signal: +1 (202) 281-8604.
“Es obvio que nos necesitan”
Las directivas gubernamentales y las batallas judiciales subsiguientes han dejado a muchos inmigrantes sin saber qué hacer.
“Es todo tan confuso”, dijo Lesvia Mendoza, una maestra de educación especial de 53 años que llegó con su esposo desde Venezuela en 2024 y se mudó con su hijo que vive en Amarillo, la ciudad más grande del Panhandle, y que está en proceso de obtener la ciudadanía estadounidense.
Ella no entiende por qué la represión migratoria afecta a personas como ella, que llegaron legalmente y nunca recibieron asistencia del gobierno.
En imágenes: Los inmigrantes que trabajan legalmente en el Panhandle de Texas enfrentan incertidumbre
"Sé que dice: 'Estados Unidos para los estadounidenses'", dijo. "¿Pero todos los empleos, toda la producción que se genera gracias a los inmigrantes? Es obvio que nos necesitan".
Ella dijo que abandonará los EE.UU. si se le ordena.
Otros no están tan seguros.
“De verdad no puedo regresar”, dijo una mujer haitiana que pidió ser identificada solo como Nicole por temor a ser deportada. “Ni siquiera es una decisión”.
Trabaja en una planta empacadora de carne, deshuesando reses por más de 20 dólares la hora. Recibió el mensaje de Seguridad Nacional, pero insiste en que no puede referirse a alguien que haya cumplido las leyes como ella, y señala una frase que exime a quienes "han obtenido una base legal para permanecer".
Un pueblo llamado Cactus
En lo profundo de Panhandle, donde el ganado pasta en una pradera aparentemente interminable salpicada de bombas de extracción de petróleo oxidadas, se encuentra la ciudad de Cactus.
Una mezquita de madera con cúpula dorada se encuentra entre calles de casas móviles deterioradas e iglesias para católicos, bautistas y nazarenos. Hay un restaurante somalí, una tienda de comestibles centroamericanos y un restaurante tailandés de comida para llevar.
En el Mercado Golden Lotus, puedes comprar café instantáneo vietnamita y una bebida de cereales de Myanmar. Un folleto pegado a la entrada de la tienda, escrito en inglés, español y birmano, anuncia una nueva liga deportiva juvenil: "¿Te gusta jugar al béisbol?".
“Aquí se encuentran personas de todo tipo”, dijo Ricardo Gutiérrez, quien creció en Cactus. “Tengo amigos birmanos, cubanos, colombianos, de todos los tipos”.
A veces, cuando sopla el viento, el olor acre del matadero alerta al mayor empleador del pueblo. La planta empacadora de carne, con más de 3700 trabajadores, es propiedad de JBS, el mayor productor de carne de vacuno del mundo.
La pérdida de mano de obra inmigrante sería un golpe para la industria.
“Volveremos a esta situación de rotación constante”, dijo Mark Lauritsen, director de la división de envasado de carne del Sindicato Internacional de Trabajadores de la Alimentación y el Comercio, que representa a miles de trabajadores del Panhandle. “Eso suponiendo que tengamos mano de obra para reemplazar la que estamos perdiendo”.
Se cree que casi la mitad de los trabajadores de la industria cárnica son de origen extranjero. Los inmigrantes han encontrado trabajo en los mataderos desde hace mucho tiempo, desde al menos finales del siglo XIX, cuando multitudes de europeos —lituanos, sicilianos, judíos rusos y otros— llenaron el barrio de Packingtown de Chicago.
Las plantas del Panhandle estaban originalmente dominadas por mexicanos y centroamericanos. Dieron paso a oleadas de personas que huían de la pobreza y la violencia en todo el mundo, desde Somalia hasta Cuba.
Después de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos realizó una operación masiva en las plantas empacadoras de carne Swift & Co. en 2006 y detuvo a cientos de trabajadores, el matadero Cactus, ahora propiedad de JBS, contrató cada vez más a refugiados y solicitantes de asilo con permiso legal para vivir y trabajar en Estados Unidos.
El salario inicial es de aproximadamente 23 dólares por hora. No se requiere saber inglés, en parte porque el ruido estruendoso de las máquinas suele implicar que la comunicación se realiza con señales manuales.
Lo que se requiere es la voluntad de realizar un trabajo físicamente exigente.
Fue la planta JBS la que trajo a Idaneau Mintor a Cactus, donde trabaja en el turno nocturno en medio de sangre y violencia incesantes.
“Todas las mañanas matan las vacas y por la noche entro a limpiar el equipo”, dice rotundamente.
Una vida solitaria
Mintor vive en la cercana Dumas, en una pequeña casa de una planta dividida en tres apartamentos de una habitación. Gana unos 2400 dólares al mes y paga unos 350 dólares por un colchón individual en el suelo de la sala y una silla donde puede apilar su ropa. Su compañero de piso se queda con la habitación.
Dice que a veces le resulta imposible dormir, pues le preocupa la numerosa familia que mantiene en Haití y si le cancelarán el permiso de trabajo. En la encimera de la cocina hay montones de recibos de las transferencias de dinero que ha enviado a casa.
Lleva aquí 11 meses y no puede concebir que lo devuelvan. "Sigo las reglas", dijo. "Lo respeto todo".
No tiene verdaderos amigos y no sale por miedo a meterse en problemas.
“Me paso el día entero sin hacer nada, pensando”, dijo, apoyado en las paredes de estuco de la casa, junto a los estacionamientos de concreto que antes eran el patio delantero. “Así que me alegro cuando llega la hora de ir a trabajar y tengo algo que hacer”.
¿El último botín?
El sol apenas estaba sobre el horizonte cuando el camionero Kevenson Jean empacó algo de ropa, cerró la maleta y se preparó para lo que pensó que sería su última carrera.
Él y su esposa llegaron a los EE. UU. en 2023, patrocinados por una familia de Panhandle cuya pequeña organización sin fines de lucro lo empleó para dirigir una escuela y un centro de alimentación para niños en la zona rural de Haití.
Se suponía que los Jeans tendrían al menos dos años para quedarse y trabajar en Estados Unidos, y esperaban eventualmente obtener la ciudadanía. Pero en marzo les informaron que el permiso de trabajo de Kevenson vencía el 24 de abril. Una orden judicial posterior dejó incluso a muchos empleadores con la incertidumbre de si los trabajadores podrían seguir trabajando.
Kevenson había ido a la escuela de camiones después de llegar a los EE. UU. y se enamoró perdidamente de una Kenilworth.
El camión lo había llevado por inmensos territorios de Estados Unidos, le había enseñado sobre la nieve, los peligros de los vientos fuertes y el protocolo en las paradas de camiones. Su empleador es el dueño del camión, pero él lo entiende como nadie.
“Será mi última semana con mi bebé”, dijo Jean con la voz llena de tristeza.
Parecía miserable mientras hacía sus controles: aceite, cables, frenos.
Finalmente, se sentó en el asiento del conductor, se quitó la gorra de béisbol y oró, como siempre hace antes de partir.
Luego volvió a ponerse el sombrero, se abrochó el cinturón de seguridad y se alejó, rumbo al oeste por la Ruta 60.
Días después, le dijeron que podía conservar su trabajo.
Nadie podía decirle cuánto duraría ese indulto.
Puede comunicarse con Tim Sullivan en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y http://x.com/ByTimSullivan
(Foto AP/Eric Gay)
Por  TIM SULLIVAN

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