
En 2020, los españoles normalizaron cosas impensables apenas un año antes. También descubrieron lo expresivos que pueden ser los ojos: el uso del cubrebocas es obligatorio y generalizado.
Pero 2020 también pasará a ser el año en que un virus desconocido sacudió los cimientos del contrato social y expuso un sistema que fracasó para evitar tantas muertes.
Para el 13 de marzo, cuando España anunció el estado de emergencia, el virus ya se infiltraba desde hacía semanas. Al principio, pareció haber llegado con vacacionistas que buscaban el sol y fanáticos del fútbol que regresaban de un partido en Italia. Sin embargo, después se confirmó que personas que murieron de neumonía en febrero estaban infectadas con el nuevo coronavirus.

El país registró 179,8 muertes por 100.000 residentes en los últimos siete días, un nuevo récord y considerablemente más alto que los 149 por cada 100.000 registrados hace una semana por el Instituto Robert Koch, el centro alemán de control de enfermedades.
También superó el total diario anterior, según la agencia, ya que 16 estados alemanes reportaron 952 muertos por el virus. Estaba muy por encima del récord diario anterior, marcado el viernes con 598 muertos, aunque incluía dos días de cifras del afectado estado oriental de Sajonia, que no dio datos el martes. El total de fallecidos por la pandemia en Alemania alcanzó los 23.427.
Enfrentadas a un brusco aumento de los contagios, Alemania aplicó un “confinamiento ligero” a principios de noviembre que cerró bares y restaurantes pero dejó los comercios abiertos. Las medidas lograron contener los nuevos contagios, pero no reducirlos, de modo que se endurecieron las medidas.
Además de cerrar comercios y pasar a los niños a educación a distancia para los últimos días de curso hasta las vacaciones de Navidad, se limitaron las reuniones privadas a dos hogares con un máximo de cinco personas, entre otras cosas.

Yahaira Alicea atendió a una pareja italiana que visitó la isla a bordo de un crucero en marzo. La mujer murió más tarde. Alicea dijo que fue un momento de miedo para ella, que le pesaba física y emocionalmente, e instó a todo el mundo a vacunarse.
“Eso queremos, que esta pandemia se termine”, afirmó. “No tengan miedo”.
Una asistente sanitaria se acercó a Alicea con la jeringuilla, y ambas sonrieron. “Hagamos historia”, dijo.
El suceso fue celebrado por muchos en la isla de 3,2 millones de habitantes, que hace poco endureció sus medidas para combatir un auge en los contagios y muertes por coronavirus. Puerto Rico ha reportado más de 107.000 casos confirmados o probables del virus, así como más de 1.280 muertes.
Alicea se vacunó al día siguiente de que llegaran a Puerto Rico los aviones de FedEx con más de 16.500 dosis de la vacuna de Pfizer. Se esperaba que esta semana llegara otra remesa con más de 13.600. La vacuna se distribuirá a 65 hospitales de la isla, según la gobernadora, Wanda Vázquez.

El mensaje de Putin a Biden se envió al día siguiente de que el Colegio Electoral confirmara a Biden como próximo presidente del país, ratificando su victoria de noviembre en un contundente rechazo estado a estado a la actitud del actual presidente, Donald Trump, que se niega a reconocer la derrota.
El Kremlin había dicho antes que el presidente de Rusia esperaría a felicitar a Biden hasta que el ganador tuviera confirmación oficial. “Sólo estamos esperando al final de la confrontación política interna”, dijo Putin el mes pasado en alusión a las numerosas impugnaciones republicanas al conteo de votos.
En su mensaje, Putin deseó a Biden “todos los éxitos”, según un comunicado del Kremlin publicado el martes, y expresó su confianza en que “Rusia y Estados Unidos, que tienen una responsabilidad especial en la seguridad y estabilidad global, puedan, pese a las diferencias, contribuir de verdad a resolver muchos problemas y desafíos que afronta ahora el mundo”.
El presiente de Rusia señaló que “la cooperación ruso-estadounidense basada en los principios de igualdad y respeto mutuo serviría a los intereses de la gente en ambos países y en toda la comunidad internacional”.
“Por mi parte, estoy listo para la interacción y el contacto con usted”, indicó Putin, según citas recogidas por el Kremlin.

Decenas de miles de quejas aparecieron el lunes temprano a lo largo de la costa este de Estados Unidos. Un 90% de usuarios no podían iniciar sesión, según el sitio Downdetector.
El servicio, que rastrea las interrupciones en sitios web, informó que el problema afectó a los usuarios de todo el mundo, pero pareció especialmente generalizado en el noreste de Estados Unidos, Gran Bretaña y otras partes de Europa. Japón, Malasia e India también parecían verse más afectados.
Tampoco se podía acceder a otras plataformas a través de Google, incluidos los videojuegos.
La interrupción fue una sacudida temprana en la costa este de Estados Unidos para los padres que estaban despertando a sus hijos para la escuela. Millones de estudiantes dependen de Google para recibir instrucción en línea durante la pandemia apoyados en la plataforma Google Docs y otros servicios.
El problema pareció resolverse poco antes de las 8 de la mañana.
“El problema con Gmail debería resolverse para la gran mayoría de los usuarios afectados”, dijo la empresa matriz de Google, Alphabet. “Continuaremos trabajando para restaurar el servicio para los usuarios afectados restantes”.