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McCarthy informó el lunes que seleccionó al representante por Indiana Jim Banks — quien visitó recientemente al expresidente Donald Trump en sus viajes a la frontera de Estados Unidos con México y al club de golf de Trump en Nueva Jersey— para ser el republicano de mayor rango en la comisión. El líder republicano también designó al panel al representante por Ohio Jim Jordan; al representante por Illinois Rodney Davis; al representante por Dakota del Norte Kelly Armstrong; y al representante por Texas Troy Nehls.
La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi debe aprobar los nombres antes de que sean definitivos, de acuerdo con las reglas de la comisión. Un asistente de Pelosi indicó que se recibió la notificación de McCarthy, pero se desconoce cuándo o si aprobará a los integrantes republicanos. El asistente habló bajo condición de anonimato a fin de discutir las selecciones republicanas antes del anuncio oficial.
Los cinco republicanos que eligió McCarthy son abiertos simpatizantes de Trump, cuyos partidarios irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero para interrumpir la certificación del triunfo electoral del presidente Joe Biden.
Banks, Jordan y Nehls votaron ese día para revertir el triunfo de Biden, incluso después de los disturbios. Davis y Armstrong votaron a favor de certificar el triunfo de Biden.
Los nombramientos de McCarthy se producen después de que todos los republicanos, con dos excepciones, se opusieron a la creación de la comisión de 13 integrantes durante una votación en la Cámara de Representantes el mes pasado. La mayoría de los republicanos argumentaron que el panel de mayoría demócrata llevaría a cabo una investigación partidista. Originalmente, los representantes demócratas intentaron crear una comisión independiente compuesta por el mismo número de integrantes de ambos partidos para investigar la insurrección, pero ese intento fue bloqueado por senadores republicanos.

La nueva política codifica en gran medida el compromiso que Garland hizo en junio, cuando dijo que el Departamento de Justicia abandonaría la práctica de confiscar la información de los periodistas en investigaciones sobre filtraciones. Tiene como objetivo resolver un asunto políticamente complicado que durante mucho tiempo ha irritado a los fiscales del Departamento de Justicia que tratan de sopesar los derechos que la Primera Enmienda otorga a los medios de comunicación con el deseo del gobierno de proteger la información clasificada.
Pero el memorándum deja claro que los fiscales federales pueden, en algunos casos, obtener los datos de las comunicaciones de los periodistas, como en el caso de que el reportero sea sospechoso de trabajar para agentes de otro país o para organizaciones terroristas. También hay una excepción para situaciones con riesgos inminentes, como secuestros o delitos contra niños.
Garland se vio impulsado para actuar luego de las críticas que surgieron cuando se dio a conocer que, durante el gobierno del expresidente Donald Trump, el departamento había obtenido los datos de periodistas de The Washington Post, de CNN y de The New York Times como parte de unas investigaciones sobre quién había divulgado los secretos del gobierno relacionados con la pesquisa de Rusia y otras cuestiones de seguridad nacional.
También se obtuvo la información de unos miembros del Congreso federal y de su personal, así como del exasesor legal de la Casa Blanca, Don McGahn.
El anuncio de Garland se produjo luego de que el presidente Joe Biden dijo que no permitiría que el Departamento de Justicia obtuviera los registros de llamadas y correos electrónicos de periodistas, señalando que la práctica era “errónea”. Desde entonces, Garland y otros empleados de alto rango del Departamento de Justicia se han reunido con representantes de medios de comunicación, y ambas partes estuvieron de acuerdo en que eran necesarias nuevas políticas. Garland también ha dicho que respaldaría una legislación federal para añadir más protecciones para los periodistas.
La acción fue elogiada inmediatamente por defensores de medios.

El gobierno y varios países aliados también publicaron una amplia lista de ciberamenazas atribuidas a Beijing, como ataques de ransomware cometidos por hackers asociados al gobierno que atacaron compañías para exigirles rescates millonarios.
El Ministerio chino de Seguridad Estatal ha recurrido a delincuentes informáticos contratados que participaron en tramas de extorsión y robo para beneficio propio, según un alto funcionario del gobierno estadounidense. Ese funcionario informó a la prensa sobre la investigación bajo condición de anonimato.
Los anuncios destacaron la creciente amenaza virtual que suponen los hackers del gobierno chino, al mismo tiempo que el gobierno estadounidense se esfuerza por frenar ataques de ransomware de grupos ilegales en Rusia contra infraestructuras cruciales como un gran oleoducto.
Aunque la acusación no se vio acompañada de sanciones para Beijing, el destacado funcionario que informó a la prensa dijo que Estados Unidos ha abordado directamente el tema con las autoridades chinas y que la Casa Blanca considera que el señalamiento público por parte de varios países envía un mensaje relevante.
El hecho de que piratas informáticos asociados al Ministerio de Seguridad Estatal realizaran un ataque de ransomware resulta sorprendente y preocupante para el gobierno estadounidense, señaló el funcionario. Pero el ataque, en el que se reclamó un cuantioso rescate en dólares a una compañía estadounidense, también dio a las autoridades más información sobre “la clase de comportamiento agresivo que hemos visto por parte de China”.

Luego de señalar que casi todas las muertes por COVID-19 están ocurriendo actualmente entre las decenas de millones de personas que no se han inoculado, a pesar de la amplia disponibilidad de vacunas, el doctor Vivek Murthy pintó un panorama inquietante sobre lo que podría deparar el futuro.
“Estoy preocupado por lo que vendrá porque estamos viendo un aumento de casos entre las personas no vacunadas en particular. Y aunque, si estás vacunado, estás muy bien protegido contra la hospitalización y la muerte, desafortunadamente eso no es así si no estás vacunado”, dijo Murthy al programa “State of the Union” de la cadena CNN.
Los casos de COVID-19 en Estados Unidos aumentaron la semana pasada en 17.000 a nivel nacional en un periodo de 14 días por primera ocasión desde finales del otoño, e históricamente un alza en las muertes le sigue a un repunte en las enfermedades. Gran parte del problema está siendo impulsado por la variante delta, que fue detectada primero en la India, y que desde entonces ha afectado a Gran Bretaña y otros países, dijo Murthy.
Aunque en Estados Unidos las cifras de casos y hospitalizaciones siguen muy por debajo de los niveles registrados en el peor punto de la pandemia al comenzar el año, Murthy señaló que el deterioro de la situación muestra la necesidad de convencer a la gente para que se vacune.
“Es la forma más rápida y más efectiva que tenemos para salir de esta pandemia”, comentó.
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Hace unos días, el gobierno interino de Haití pidió a Estados Unidos y a las Naciones Unidas que enviaran soldados para proteger infraestructura clave tras el homicidio del presidente Jovenel Moïse. Biden señaló que no estaba abierto a la solicitud, la cual fue efectuada en un momento en que él está retirando a las fuerzas estadounidenses de Afganistán.
“Sólo enviaremos infantes de Marina estadounidenses a nuestra embajada”, dijo Biden. “La idea de mandar fuerzas estadounidenses a Haití no está en los planes”.
Mathias Pierre, el ministro electoral de Haití, dijo el jueves a The Associated Press que cree que la solicitud de tropas estadounidenses es relevante dado que hay lo que considera es una “situación frágil” y se tiene la necesidad de crear un ambiente seguro para los comicios programados en 120 días.
Dijo también que los comentarios de Biden de que enviar tropas de Estados Unidos “no está en los planes” aún deja abierta la opción.
“Esta no es una puerta cerrada. La evolución de la situación determinará el desenlace”, comentó Pierre. “En tanto, el gobierno está haciendo todo lo posible para estabilizar al país, retomar un ambiente de normalidad y organizar elecciones mientras se intenta llegar a un acuerdo político con la mayoría de los partidos políticos”.
La solicitud para que Washington intervenga hizo recordar el tumulto que se desató después del último asesinato de un mandatario de Haití, en 1915, cuando una turba enardecida sacó al presidente Vilbrun Guillaume Sam de la embajada de Francia y lo mató a golpes. En respuesta, el presidente estadounidense Woodrow Wilson envió infantes de Marina a Haití, justificando que la ocupación militar estadounidense —la cual se extendió casi dos décadas— era una forma de evitar la anarquía.
Biden habló sobre la situación en Haití durante una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca con la canciller alemana Angela Merkel.