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El gobernador de Florida, Ron DeSantis, acusó la semana pasada a Biden de “ayudar a facilitar” la propagación del coronavirus. Sean Hannity, presentador de Fox News, dijo que los inmigrantes eran los responsables de causar “el mayor evento de propagación masiva”, y aseguró erróneamente que ninguno de ellos era sometido a pruebas diagnósticas.
Sin embargo, expertos en salud pública señalan que los inmigrantes que llegan al país no están elevando las tasas de infección en Estados Unidos. Los principales responsables son aquellos que se niegan a vacunarse. Además, en general a los inmigrantes a los que se les permite ingresar se les realizan análisis diagnósticos y se les asignan habitaciones de hotel para que se pongan en cuarentena en caso de dar positivo, aunque las autoridades federales no han divulgado datos de esos casos.
¿QUÉ SUCEDE CUANDO SE DETIENE A LOS INMIGRANTES EN LA FRONTERA?
Es variable. La mayoría de los adultos solos son expulsados de inmediato, mientras que a los niños sin compañía de un adulto y a algunas familias se les permite ingresar para presentar solicitudes de asilo. Esta práctica se apega al uso continuo del Título 42, una regla de salud pública implementada por el gobierno del presidente Donald Trump cuando comenzó la pandemia y que el gobierno de Biden ha mantenido.
En junio, el mes más reciente con datos disponibles, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) detuvo a adultos solos en 117.602 ocasiones, lo que resultó en 96.704 expulsiones, o el 82% del total. En ese mes se detuvo a familias en 55.805 ocasiones, resultando en 8.070 expulsiones, o el 15%.
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La FDA sólo ha otorgado aprobación para uso de emergencia de las vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, pero se anticipa que la agencia pronto otorgue aprobación total a la de Pfizer.
El gobierno del presidente Joe Biden ha aseverado que el gobierno federal no obligará la vacunación más allá de la fuerza laboral federal, pero cada vez exhorta más a los gobiernos estatales y locales, así como a las empresas, a considerar dicho mandato. Fauci, quien es el asesor médico de Biden, dijo que “los mandatos a nivel local deben implementarse” para ayudar a contener la propagación del virus.
“Espero, no pronostico, que sea dentro de las próximas semanas. Espero que sea en el mes de agosto”, dijo Fauci sobre la aprobación de la vacuna por parte de la FDA. “Si es el caso, verán el fortalecimiento de las empresas locales, implementando mandatos que podrían ser a colegios, universidades, lugares de negocios, toda una variedad, y lo apoyo enérgicamente. Llegó ese momento… Debemos dar el paso adicional para que la gente se vacune”.
Fauci hizo los comentarios cuando el gobierno de Biden sopesa qué palancas puede aprovechar para motivar a más estadounidenses que no se han vacunado a hacerlo, conforme la variante delta sigue aumentando en gran parte de Estados Unidos.
Biden recientemente aprobó normas que obligan a los trabajadores federales a mostrar certificados de vacunación o de lo contrario hacerse pruebas regulares, además del uso obligatorio de mascarillas y restricciones de viaje. Biden también espera una recomendación formal del secretario de Defensa Lloyd Austin para exigir que se vacunen las tropas de Estados Unidos.

“Estamos viendo una oleada como no habíamos visto antes en cuanto a la llegada de pacientes”, comentó el miércoles el doctor Marc Napp, director médico del Memorial Healthcare System de Hollywood, Florida. “Es la enorme cantidad que llega al mismo tiempo. Sólo hay cierto número de camas, cierto número de doctores y cierto número de enfermeros”.
Las hospitalizaciones de personas con COVID-19 están aumentando nuevamente conforme la variante delta, que es más contagiosa, se propaga por todo Estados Unidos, obligando a los centros médicos a volver a condiciones de crisis semanas después de que muchos cerraron sus pabellones de COVID-19 y sus hospitales de campaña, y retiraron otras medidas de emergencia.
El número de personas que se encuentran hospitalizadas con coronavirus en Estados Unidos se ha más que triplicado en el último mes, de un promedio de aproximadamente 12.000 a casi 43.000, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).

Otra media docena de familias del pequeño poblado de Orlando Nodarse -a unos 60 kilómetros al oeste de La Habana y cerca del Puerto del Mariel- viven en la misma incertidumbre.
Después de que el consulado de Estados Unidos paralizó sus operaciones en La Habana e ingresar a través de México se tornó difícil, cada vez más cubanos se arriesgan a emigrar por el mar en medio de una crisis económica exacerbada por la pandemia, la escasez y una serie de disturbios que sacudieron a la isla en julio.
“Mi esposo... debido al problema de la pandemia, se quedó sin trabajo. Muchos lugares cerraron y llevaba más de un año en casa. Cada vez que iba a su centro (laboral) le decían ‘tienes que esperar’. Y eso a él lo desesperó, porque tenemos un hijo de dos años”, indicó la mujer. “Mi sobrino Ismelito trabajaba en una finca”, narró a The Associated Press entre lágrimas Elledias, un ama de casa de 38 años.
La mujer es pareja de Fernando Quiñones, de 45 años, chofer profesional, y tía de Ismel Reyes, de 22.
“Sucedió algo, no sé, las corrientes, la embarcación se viró. Los guardacostas de Estados Unidos rescataron a ocho con vida, dos cuerpos y hasta el momento tenemos 10 personas desaparecidas”, relató Elledias.

El mandatario agradeció a los oficiales por salvar la vida de los legisladores durante esas “horas trágicas” del ataque hace siete meses.
La medalla es el mayor honor que el Congreso puede conceder. Acompañados por legisladores, policías y las familias de los agentes policiales que fallecieron tras el ataque, Biden y la vicepresidenta Kamala Harris efectuaron la ceremonia formal de promulgación en la Rosaleda de la Casa Blanca.
Muchos agentes policiales fueron golpeados brutalmente y lesionados ese día, luego de que la turba violenta de partidarios del entonces presidente Donald Trump los superó para meterse al Capitolio e interrumpir la certificación de la victoria electoral de Biden. Muchos de los insurrectos repetían las afirmaciones falsas de Trump acerca de que hubo un fraude electoral generalizado, y al mismo tiempo cazaban a los legisladores e intentaron derribar las puertas de la Cámara de Representantes mientras los congresistas estaban en el interior.
Algunos de los agentes policiales, incluyendo cuatro que dieron su testimonio en una audiencia de la cámara baja la semana pasada, han hablado abiertamente acerca de las cicatrices mentales y físicas que aún padecen.