
La Guardia Fronteriza publicó un video en Twitter que mostraba cómo se utilizaba el cañón de agua hacia el otro lado de la frontera, contra un grupo de migrantes en un campamento improvisado a pesar de las gélidas temperaturas.
Un agente sufrió una lesión grave, según la policía polaca. Fue evacuado en ambulancia a un hospital y era probable que tuviera una fractura en el cráneo tras ser golpeado con un objeto.
El incidente era una escalada en una tensa crisis migratoria y de política de fronteras, con las vidas de miles de migrantes en juego.
El Ministerio polaco de Defensa dijo que sus solados y otras fuerzas en la frontera habían sido atacados con piedras y otros objetos.
El Ministerio también dijo que fuerzas bielorrusas habían intentado destruir cercas a lo largo de la frontera entre los dos países. El Ministerio polaco del Interior, por su parte, difundió un video que parecía mostrar a migrantes tratando de derribar una cerca.
No es posible verificar de forma independiente lo que ocurre sobre el terreno porque el estado de emergencia declarado en Polonia impide a periodistas y trabajadores de derechos humanos acceder a la zona de la frontera. En Bielorrusia, el trabajo de los periodistas también está sujeto a fuertes restricciones y sólo hay unos pocos presentes en la frontera.

Entre los internos de la Penitenciaría del Litoral ya se hablaba desde hacía días que venía un ataque de un grupo contra otro, pero el principal indicio llegó la madrugada del viernes: la policía detuvo a tres hombres que intentaban introducir a la prisión dos fusiles, cinco pistolas, tres granadas, cientos de cartuchos y hasta barras de dinamita.
La policía reportó las capturas y el decomiso, y horas después reveló algo que dentro de la cárcel ya sabían los presos: los tres detenidos eran internos que pertenecen a alguna de las bandas que operan dentro y quienes salieron para abastecerse de armas.
Lo que pasó horas después sólo confirmó que ya había más armas dentro: la noche del viernes, se desató un ataque y enfrentamientos entre facciones rivales que se extendieron hasta la madrugada del sábado y que dejó al menos 68 reos fallecidos y 25 más heridos, en la más reciente masacre dentro del sistema penitenciario ecuatoriano.
The Associated Press contactó a un preso en uno de los 12 pabellones que integran la prisión y habló sobre lo que ocurrió antes del enfrentamiento y cómo operan los distintos grupos para abastecerse de armas. La AP verificó la identidad del interno, quien pidió no ser identificado por temor a que lo maten.
Las autoridades tardaron varias horas el sábado para controlar la situación en la cárcel y utilizaron a 900 policías para entrar e intentar restablecer el orden en la Penitenciaría del Litoral, en la ciudad costera de Guayaquil, a 270 kilómetros al suroeste de Quito.
En lo que va del año, al menos 334 internos han fallecidos en distintos enfrentamientos en la misma prisión. Antes del viernes, el ataque más mortal ocurrió en septiembre, cuando murieron 119 reos.

A dos años de asumir el poder el mandatario peronista someterá a examen su gestión marcada por la pandemia, que puso sal en las heridas de una economía convaleciente desde hace más de una década y que se desplomó 10% en 2020.
La pobreza afecta a más del 40% de unos 45 millones de habitantes -entre los niños supera el 50%-; el desempleo roza el 10% y la inflación le gana por varios cuerpos la carrera a los salarios.
El propio Fernández reconoció días atrás que muchas personas se han sentido desbordadas y “sobre exigidas por la pandemia” y que la incipiente recuperación económica registrada en los últimos meses “no ha llegado a todos y hay gente que todavía no siente esa mejora”, lo que ha hecho que el ánimo esté “alterado”.
El apoyo al gobierno también ha mermado por la sucesión de casos de inseguridad cada vez más violentos y escándalos que salpicaron a la gestión presidencial, como el funcionamiento de un esquema discrecional de vacunación contra el COVID-19 para funcionarios y allegados al poder y la violación por parte del presidente y allegados de las restricciones sanitarias.

Los primeros datos oficiales mostraron un triunfo de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio frente a la alianza peronista Frente de Todos, del presidente y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien perdió el control del Senado cuando cerca de 90% de los votos habían sido escrutados en la mayoría de las jurisdicciones. En tanto, en la Cámara de Diputados el oficialismo se arriesga a dejar de ser la primera minoría.
En las legislativas fueron elegidos 127 diputados nacionales en todo el país, lo que representa la mitad de las bancas de la Cámara de Diputados, y 24 senadores nacionales en ocho provincias, el equivalente a un tercio de la cámara alta.
La tendencia negativa confirma un voto “castigo” contra el gobierno de Fernández por la profundización de la pobreza luego de un desplome de la economía del 10% en 2020, el incremento del desempleo y la imparable inflación.
En un mensaje grabado, Fernández reconoció que cometió “errores”, pero señaló que la economía está creciendo alrededor del 9% este año y a inicios de 2022 habrá recuperado lo perdido el año pasado -10%- lo que pondría fin a “una etapa muy dura” que atribuyó a la recesión heredada de su antecesor Mauricio Macri (2015-2019) y la crisis sanitaria provocada por la pandemia del nuevo coronavirus.

El Instituto Robert Koch señaló que la tasa de infección del país subió a 263,7 nuevos casos por cada 100.000 residentes en los siete últimos días, desde los 249,1 de la víspera. Además, confirmó 48.640 infecciones más luego de que el jueves se superaron por primera vez las 50.000. Los 191 nuevos decesos registrados elevaron a 97.389 el total de víctimas mortales por COVID-19 desde el inicio de la pandemia.
Aunque la tasa de contagio no es tan alta como en otras naciones europeas, su incesante aumento ha hecho saltar las alarmas. La canciller saliente, Angela Merkel, se reunirá con los 16 gobernadores estatales para coordinar medidas de carácter nacional la próxima semana, y el parlamento está estudiando una legislación que proporcionaría un nuevo marco legal para restricciones durante el invierno.
En su reporte semanal, publicado el jueves en la noche, el Instituto Robert Koch señaló que se “aconseja urgentemente cancelar los grandes evento si es posible, pero también reducir todos los demás contactos innecesarios”. Si no se pueden evitar estas situaciones, agregó, los asistentes deberían someterse a una prueba de detección antes de asistir, con independencia de si están vacunados.
La mayoría de las regiones restringen el acceso a muchos espacios cerrados y eventos a persona vacunadas, que hayan superado la enfermedad o diesen negativo al virus en una prueba reciente, aunque esta última opción no es válida en algunas zonas. Pero la aplicación de las directrices a veces es laxa.
Aunque ha tenido problemas para impulsar su campaña de vacunación recientemente y poco más de dos tercios de su población tiene la pauta completa, Alemania se ha negado a ordenar la vacunación obligatoria a ningún grupo profesional. Las autoridades quieren asegurar también que quienes se vacunaron hacen meses reciban una dosis de refuerzo.