
Incapaz de contactar con su centro de salud, donde no atendían el teléfono y no había citas online para toda la semana siguiente, acudió a las urgencias de un hospital para confirmar su positivo. Después de esperar tres horas a ser atendido, el personal sanitario se mostró de acuerdo con su autodiagnóstico, pero no le realizaron una PCR para garantizar un resultado más fiable.
“La enfermera que me veía me dijo que como no había perdido ni el sentido del olfato ni del gusto, tenía la variante ómicron”, afirmó Pérez, de 39 años y que trabaja como desarrollador de juegos en la capital de España. “¿Cómo lo podía saber sin una PCR?”.
Desbordados por la cantidad de gente que solicita una prueba, medicación o un certificado para justificar su ausencia en el trabajo, la atención primaria en España está funcionando muy por encima de su capacidad durante la nueva ola de la pandemia del coronavirus.
Los médicos de familia suelen ser la primera parada en la atención médica en Europa. Ellos y las enfermeras de atención primaria son considerados vitales para ayudar a prevenir enfermedades, aliviar la presión de los hospitales y brindar atención continuada.
En un país que hasta hace unas semanas se consideraba relativamente seguro porque más del 80% de la población ha completado la pauta de vacunación, la creciente carga de trabajo ha llevado a los doctores y enfermeras a cancelar las revisiones periódicas de otras patologías que no sean COVID-19 y a retrasar las visitas domiciliarias a personas vulnerables.

Según una resolución del Ministerio de Salud, en ese periodo de tiempo las personas que ingresen por vía aérea, fluvial o marítima tendrán que abstenerse de concurrir a eventos masivos y reuniones sociales en espacios cerrados.
La medida se tomó en medio de una mayor circulación de la contagiosa variante ómicron del nuevo coronavirus que obliga a “reforzar la vigilancia epidemiológica”, dijo un comunicado del ministerio.
Según las autoridades sanitarias, en Argentina la variante delta sigue siendo predominante en la mayor parte del país, menos en la provincia de Córdoba y en la ciudad de Buenos Aires, donde domina ómicron.
El nuevo requisito se suma a los ya vigentes para ingresar a Argentina y con los que los viajeros evitan cumplir un periodo de aislamiento, como la presentación del esquema de vacunación completado 14 días antes de la llegada, una prueba PCR negativa realizada en el país de origen dentro de las 72 horas previas al inicio del viaje y un seguro médico para el COVID.
Los mayores de edad que no tienen esquema de vacunación completo deben hacer cuarentena y realizarse un PCR al séptimo día de ingreso, que de resultar negativo da por finalizado el aislamiento.
El aumento de infecciones en Argentina ha determinado además que desde el 1 enero sea obligatorio para los mayores de 13 años la acreditación del esquema de vacunación completo para realizar actividades como ir a discotecas y salones de fiestas, realizar viajes grupales y asistir a eventos masivos en espacios abiertos o cerrados.
Desde que la pandemia impactó en el país sudamericano en marzo de 2020 se han contagiado unas 5,6 millones de personas y han fallecido más de 117.000.
Alrededor del 84% de la población ha recibido una dosis de alguna vacuna y en torno al 72% dos dosis, mientras más del 10% ha recibido un refuerzo.

Desde ahora, antes de abordar un vuelo a Francia, todos los viajeros procedentes de Estados Unidos deberán proporcionar una prueba negativa de COVID-19 (una PCR o una prueba de antígenos) que no tenga más de 48 horas, además de una prueba de vacunación.
Los nuevos casos de COVID-19 en Francia han superado los 200.000 durante cuatro días consecutivos, impulsados por la variante ómicron, altamente contagiosa.
Las autoridades francesas también están exhortando a los residentes no vacunados a tomar medidas preventivas. El gobierno está presionando al Parlamento para que apruebe una ley en las próximas dos semanas que permitiría que sólo los residentes vacunados puedan ingresar a restaurantes, cines, teatros, museos y estadios deportivos.
El actual “pase de salud” de Francia también permite el acceso a personas que puedan demostrar un resultado negativo en una prueba diagnóstica o que se hayan recuperado del COVID-19.
Si se aprueba la ley, el pase de salud se convertiría en un “pase de vacunación” que también se exigiría en trenes interregionales y en los autobuses y aviones que hagan viajes nacionales.

El hospital al que ingresó, Vila Nova Star, dijo en un comunicado emitido por la mañana que el mandatario tenía una obstrucción intestinal y se encontraba estable. En la noche, el hospital indicó en otro comunicado que el estado de Bolsonaro había mejorado, aunque aún no se ha determinado si requerirá cirugía o no.
Bolsonaro, de 66 años, ha experimentado una serie de problemas médicos y fue sometido a cirugía varias veces desde que lo apuñalaron en el abdomen durante la campaña de 2018. En esa época, el mandatario fue operado por el doctor Antônio Luiz Macedo, cuyo equipo está supervisando su tratamiento en Sao Paulo.
Macedo se encuentra de vacaciones y se prevé que regrese a Sao Paulo, tuiteó Bolsonaro, acompañando el mensaje con una fotografía suya en una cama de hospital en la que hacía una señal de optimismo con el pulgar.
El presidente ingresó a un hospital en julio debido a otra obstrucción intestinal, luego de días en que a veces parecía tener problemas para hablar y dijo que padecía ataques de hipo que en ocasiones duraban varios días. Esa vez se recuperó sin necesidad de cirugía.

La secretaría de Salud de Río indicó en un comunicado que, entre los que dieron positivo, la gente que vive en la ciudad o en la región cercana puede guardar cuarentena en casa. Otros deben aislarse primero en hoteles. No se proporcionó información acerca de quién pagaría los costos.
Tras la inspección, el MSC Preziosa recibió autorización de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para continuar operando. Otros pasajeros aguardaban a embarcar rumbo a Bahía. El buque había partido de la isla brasileña de Búzios.
En un comunicado dirigido a The Associated Press, MSC indicó que aplica “protocolos que son más estrictos y fuertes que cualquier otro en el sector de los viajes”, y agregó que sólo se permite el ingreso de personas vacunadas a bordo, y que efectúa pruebas diagnósticas con regularidad a pasajeros y tripulantes.
La compañía dijo también que, cuando se identifica a casos positivos, se les aísla en cabinas con balcones y se les hace desembarcar en la siguiente escala que haga el barco. Los casos detectados en buques “son sólo una pequeña fracción de los detectados en tierra”, agregó. No quiso decir cuántos pasajeros iban a bordo ni cuáles eran sus nacionalidades.