
Pero las autoridades dijeron que las duras medidas habían impedido un colapso total del sistema de salud. Se salvaron vidas, afirmaron.
Ahora, casi dos años después, España se prepara para adoptar una estrategia diferente ante el COVID-19. Con una de las tasas de vacunación más altas de Europa y una de las economías más golpeadas por la pandemia, el gobierno prepara el terreno para tratar el próximo brote no como una emergencia, sino como una enfermedad que está aquí para quedarse. Portugal y Gran Bretaña estudian enfoques similares.
La idea es pasar del modo crisis al control de daños, y abordar el virus de forma similar a la gripe o el sarampión. Eso implica aceptar que habrá contagios y ofrecer atención adicional a las personas más expuestas y a pacientes con complicaciones.
El presidente del gobierno español de centroizquierda, Pedro Sánchez, quiere que la Unión Europea considere cambios similares ahora que la ola de la variante ómicron ha demostrado ser menos letal.
“Decimos que a lo largo de los próximos meses y a lo largo de los próximos años vamos a tener que abordar conforme la ciencia nos lo diga, sin prisa pero sin pausa, el cómo empezamos a gestionar esta pandemia desde otros parámetros”, dijo el lunes.

El primer ministro, Fumio Kishida, anunció restricciones en las zonas afectadas durante tres semanas, hasta el 13 de febrero, tras recibir el apoyo de expertos y parlamentarios.
“Hemos decidido que ahora es necesario prepararse para que los sistemas médicos puedan funcionar con firmeza, tomar medidas apropiadas y frenar el aumento de las cifras de casos”, dijo Kishida.
El mandatario añadió que “queremos superar esta situación” trabajando con autoridades locales, tomando medidas basadas en conclusiones científicas de los expertos y cooperando con personal médico y la población.
Tokio registró 7.377 casos nuevos el miércoles, su cifra más alta desde el récord de 5.908 el 13 de agosto. Pero el auge de contagios aún no ha sobrepasado a los hospitales de la ciudad. Apenas un cuarto de las camas disponibles estaban ocupadas en Tokio y los casos graves suponían apenas el 2% de las hospitalizaciones, según el gobierno de la ciudad.
Japón se ha resistido a declarar cuarentenas para combatir la pandemia y en su lugar se ha centrado en exigir a restaurantes y bares que cierren pronto y no sirvan alcohol, además de instar al público a llevar mascarillas y mantener el distanciamiento social, en un esfuerzo del gobierno por minimizar el golpe a la economía.

Blanco, una exestrella de la selección mexicana de fútbol que ganó la gubernatura de Morelos en 2018, también acusó a su antecesor de pactar con una organización criminal. Acudió a la sede capitalina de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada para pedir la investigación alegando que las fiscalías de su estado no han actuado y “entorpecen los procesos”.
El abogado del gobernador, Alfonso Pérez, indicó que buscan que las autoridades federales investiguen el caso porque la Fiscalía de Morelos no tiene competencia para abrir una carpeta de investigación como lo solicitó el Congreso del estado.
En declaraciones a la prensa, Blanco señaló a su antecesor, Graco Ramírez, y al exsecretario de Seguridad de la entidad, Alberto Capella, de haber realizado negociaciones con integrantes de la organización delictiva “Los Rojos” que dirige Santiago Mazari, alias el “Carrete”. “De exgobernadores hay audios y grabaciones de Graco y Capella (de que) pactaron. Yo no me voy a quedar con los brazos cruzados porque mi personalidad no me lo permite”, agregó.

La cita de Cafiero con el secretario de Estado del país con mayor peso en el directorio del organismo de crédito tuvo lugar en la capital estadounidense en un contexto marcado por los obstáculos, luego de que Argentina anunció pocos días atrás que no piensa aceptar el ajuste que pretende imponerle el FMI, ya que conspiraría contra su actual crecimiento económico después de sufrir una recesión de casi 10% en 2020.
Cafiero le comunicó a Blinken que Argentina “ha emprendido una senda que pretende consolidar un crecimiento económico sostenible e inclusivo” y afirmó “que es necesario un mensaje de la autoridad política al Tesoro para contar con el apoyo de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional, y que de este modo no se restrinja el crecimiento”, dijo un comunicado de la cancillería argentina.
Argentina considera que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos es el que tiene más peso en el marco de las negociaciones con organismo de crédito.
Según el comunicado de la cancillería, Blinken señaló por su parte que “apoya firmemente” las negociaciones con el FMI y aspira a una “pronta resolución positiva”. También destacó los índices de crecimiento macroeconómicos que expuso el canciller Cafiero y remarcó la importancia de Argentina para la región.

Aunque el regreso a los colegios fue el 10 de enero, los profesores esperan que la asistencia de alumnos aumente esta semana, mientras que las autoridades de educación estiman que al menos 8 millones de estudiantes se reincorporarán a las aulas.
En el colegio Andrés Bello, ubicado en el centro de Caracas, los estudiantes fueron recibidos por el director del plantel, quien en su discruso de bienvenida recordó las medidas de bioseguridad que deben seguir estudiantes, profesores y el resto de los trabajadores.
“En parte estoy de acuerdo con el regreso a clases porque a pesar de las asignaciones (en casa) los niños están siendo mal preparados, porque no tienen a alguien que les explique, pero también el COVID me tiene asustada, aunque es algo que tenemos que aceptar”, dijo María Gutiérrez, madre de una estudiante de 12 años.
Hasta el domingo, Venezuela reportó 455.023 contagios y 5.380 fallecidos. En los últimos días se han contabilizado más de 1.000 casos diarios, cuando en diciembre del año pasado se contaban en apenas cientos. Estas cifras pueden ser mayores, ya que muchos contagiados optan por tratarse en casa y las pruebas diagnósticas cuestan entre 40 y 80 dólares, en una nación cuyo salario mínimo llega a los 4 dólares.
Desde marzo de 2020, Venezuela entró en cuarentena tras la llegada del coronavirus, por lo que las clases presenciales fueron sustituidas por la virtualidad y grupos por la mensajería de WhatsApp en un país con una de las conexiones a internet consideradas más lentas de la región.