
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió en la víspera a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, que hay una “posibilidad clara” de que Rusia emprenda acciones militares contra su vecino en febrero.
“No habrá una guerra hasta donde dependa de la Federación Rusa, no queremos una guerra”, afirmó el ministro de Exteriores, Sergey Lavrov, en una entrevista en vivo con emisoras de radio rusas. “Pero no dejaremos que nuestros intereses sean groseramente pisoteados e ignorados”.
Las tensiones se han disparado en las últimas semanas, y Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están preocupados porque la acumulación de unos 100.000 soldados rusos cerca de Ucrania deje entrever la intención de Moscú de atacar la exrepública soviética. Rusia ha negado repetidamente tener ese tipo de planes, pero ha exigido que la OTAN prometa que nunca permitirá el ingreso de Kiev a la alianza y que retirará sus tropas y equipos militares del este de Europa.
Estados Unidos y la OTAN rechazaron formalmente estas demandas semana, aunque Washington destacó áreas en las que habría margen para la discusión, ofreciendo quizás una vía a la desescalada.

Margot Friedlander se dirigirá al Parlamento Europeo como parte de las conmemoraciones del Día Internacional en Memoria del Holocausto.
La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó en noviembre de 2005 una resolución que establecía la conmemoración anual el 27 de enero, el día en el que Auschwitz-Birkenau fue liberado por las tropas soviéticas en 1945.
Debido al coronavirus, muchas de los actos previstos para la jornada volverán a ser virtuales este año. Sí habrá una pequeña ceremonia en el emplazamiento del antiguo campo de concentración de Auschwitz, donde en la Segunda Guerra Mundial las fuerzas de la Alemania nazi mataron a 1,1 millón de personas en la Polonia ocupada. El sitio estuvo cerrado al principio de la pandemia pero reabrió en junio.
En total, alrededor de seis millones de judíos europeos y millones de personas más fueron asesinadas por los nazis y sus colaboradores durante el Holocausto. Alrededor de 1,5 millones eran niños.
Friedlander, de 100 años, fue detenida en 1944 mientras huía y fue llevada al campo de concentración de Theresienstadt, en la actual República Checa. Un año más antes, su madre y su hermano habían sido deportados a Auschwitz, donde murieron.
Friedlander y su esposo emigraron a Estados Unidos en 1946 y regresaron a Berlín en 2010. Desde entonces, recorre Alemania para contar la historia de su vida y promover el recuerdo.

De acuerdo con la Constitución, tras cumplirse la mitad del periodo de mandato del funcionario, un mínimo de 20% de los electores inscritos puede solicitar la convocatoria de un referendo revocatorio. Maduro cumple tres de seis años en el poder este 2022 tras resultar reelecto en 2018 en unos cuestionados comicios sin la participación de la oposición.
“Ese referendo revocatorio ya está absolutamente bloqueado (…) Las condiciones hacen que sea absoluta y totalmente imposible”, dijo a AP, en entrevista telefónica, Luis Lander, director del Observatorio Venezolano Electoral, una organización no gubernamental.
El 17 de enero, tres organizaciones realizaron una solicitud de revocatorio ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Cuatro días después, el CNE publicó que el día 26 daría de 6 de la mañana a 6 de la tarde para la recolección de 4,2 millones de firmas de los 20,9 millones de electores. No obstante, la normativa indica que hay un plazo de máximo tres días para lograrlo. De no conseguirlas, el proceso se da por finalizado.
Uno de los grupos que introdujo la solicitud para el referendo, el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (MOVER), rechazó el programa establecido por el Consejo Electoral y este lunes asistió a la sede del CNE para impugnar y solicitar la revisión del cronograma.

Hastiados de años de corrupción por parte de un gobierno que no cumplió con sus expectativas, los hondureños le dieron en noviembre pasado a Castro, de 62 años, un mandato sólido en las urnas, pero la presidenta electa ha tenido que lidiar, incluso antes de asumir, con una pugna de liderazgos en el nuevo Congreso.
El caos en el Legislativo inició el viernes pasado, cuando Héctor Leonel Ayala, ministro del Interior del presidente saliente, Juan Orlando Hernández, presidió la primera reunión del nuevo Congreso y no permitió que el presidente del Legislativo fuera el que respaldaba Castro en una alianza entre su bloque político —el Partido Libre— y otra agrupación que la llevó al poder. Por el contrario, 20 miembros disidentes del partido de la futura mandataria propusieron a alguien más y se desató la confrontación.
En la víspera, los presidentes del Congreso en competencia —Luis Redondo, respaldado por Castro, y Jorge Cálix, apoyado por los disidentes— discutieron sus prioridades y se mostraron listos para liderar sus cuerpos legislativos parciales sin importar la falta de legitimidad.
Al final de la tarde del miércoles, en un intento por desatar el nudo de la división entre el Ejecutivo y Legislativo, Castro informó a través de Twitter que propuso a Cálix integrar su gobierno “en la posición de Coordinador de Gabinete, en aras de unirnos en la Refundación de Honduras”.

Esos envíos, conocidos como remesas, permitieron que las familias pudiesen comer cuando la venta de madera cayó drásticamente hace una década al empezar a escasear el pino. El dinero ha permitido también que se queden en Comachuén en lugar de irse a otras partes del país en busca de trabajo. Eso, y el hecho de que los niños pasen gran parte del año con sus madres y abuelos, ha ayudado a preservar la lengua purépecha entre casi todos los habitantes del pueblo.
Las telas tradicionales, la carpintería y la construcción siguen vivos gracias en parte a que esas empresas están financiadas por los migrantes que mandan dinero para construir sus casas. Muchas otras cosas — la iglesia, la plaza de toros, las donaciones benéficas — están costeadas por ellos.
El gobierno mexicano cree que las remesas del año pasado superarán por primera vez los 50.000 millones de dólares. Pero la capacidad que tienen esos envíos para permitir que las familias puedan sobrevivir o progresen lo suficiente para que sus hijos no tengan que emigrar varía, en un reflejo de los planes y perspectivas de cada persona.
Las frías mañanas de invierno en Comachuén son un regreso a otra época. Los hombres están de regreso en el pueblo por el paro estacional del trabajo agrícola en Estados Unidos.