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“Tengo que estar aquí para ver crecer a mi princesa”, escribió en Facebook el mexicano-estadounidense, quien solía trabajar en un restaurante. “Mi corazón se siente hecho pedazos”.
Ramos no vivió para verla. Murió el 15 de febrero a los 32 años, convirtiéndose no sólo en uno de los casi 600.000 estadounidenses que han fallecido durante la pandemia de coronavirus, sino en otro ejemplo del impacto sorprendentemente desigual y siempre cambiante del brote en los grupos de minorías étnicas y raciales del país.
La marca ya cercana de 600.000 fallecidos, según la Universidad Johns Hopkins, es mayor a la población de Baltimore o Milwaukee. Equivale aproximadamente a la misma cantidad de estadounidenses que murieron de cáncer en 2019. Y aunque esa cifra ya es sumamente negativa, se cree que la real es significativamente mayor.
El presidente Joe Biden mencionó el hito el lunes durante su gira en Europa, diciendo que si bien los casos y muertes nuevas están disminuyendo drásticamente en Estados Unidos, “se siguen perdiendo demasiadas vidas” y “ahora no es el momento para bajar la guardia”.
En camino a la siguiente marca, el virus ha demostrado ser hábil para aprovecharse de las desigualdades en Estados Unidos, de acuerdo con un análisis de datos de The Associated Press.
En la primera ola de muertes, en abril de 2020, las personas de raza negra resultaron muy afectadas, falleciendo a tasas más elevadas que las de otros grupos de minorías étnicas o raciales conforme el coronavirus devastaba zonas urbanas del noreste y ciudades con altas poblaciones de afroestadounidenses como Detroit y Nueva Orleans.

En la primera reunión presencial del grupo en dos años, los líderes hicieron promesas de apoyo a la salud mundial, la energía renovable, la infraestructura y la educación, todo para demostrar que la cooperación internacional está de regreso después de los trastornos causados por la pandemia y la imprevisibilidad del expresidente estadounidense Donald Trump.
Durante su cumbre de tres días en el suroeste de Inglaterra, los líderes de las democracias más ricas del planeta — Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos — procuraron mostrar que son mejores amigos de las naciones pobres que rivales autoritarios como China.
“No se trata de imponer nuestros valores al resto del mundo”, dijo a los periodistas el primer ministro británico Boris Johnson al final de la cumbre en Cornualles, un destino de playa. “Lo que nosotros como G7 debemos hacer es demostrar los beneficios de la democracia, la libertad y los derechos humanos al resto del mundo”.
El presidente estadounidense Joe Biden, en su primer viaje al extranjero en el puesto, dijo que fue una “reunión extraordinaria, colaborativa y productiva” que demostró que “Estados Unidos está de regreso para encabezar al mundo junto a las naciones con las que compartimos nuestros valores más queridos”.

El Departamento de Transporte federal finalizó las negociaciones del acuerdo a fin de restaurar los fondos para el proyecto del tren de alta velocidad, que fueron revocados en 2019 durante el entonces gobierno del presidente Donald Trump, dijo Newsom el jueves por la noche.
La restauración de 929 millones de dólares en subvenciones “continuará impulsando la creación de empleos, avanzará el proyecto y acercará al estado un paso más a que los trenes funcionen en California lo antes posible”, dijo Newsom en un comunicado.
Los votantes de California aprobaron en 2008 casi 10.000 millones de dólares en bonos para construir una línea de tren de alta velocidad que conectara Los Ángeles y San Francisco. Aunque se suponía que estaría funcionando para 2020, el proyecto estuvo plagado de sobrecostos y retrasos. Las autoridades esperan ahora que haya trenes en un segmento que cruzará la región agrícola del valle central del estado para 2029.
Los críticos se han burlado del segmento como un “tren a ninguna parte”, pero los partidarios dicen que es una prueba necesaria y un precursor para vincular las áreas más pobladas.
El plan de negocios del proyecto anticipa la aprobación ambiental para las 500 millas (805 kilómetros) entre Los Ángeles y San Francisco para 2023. La finalización de la línea completa depende de la financiación y otras incógnitas.
Newsom dio a conocer el mes pasado una propuesta de presupuesto que incluye 4.200 millones de dólares para el proyecto, incluido el dinero de los bonos aprobados por los votantes en 2008.
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“De verdad es importante. Te dan las fechas y simplemente despejas tu agenda”, dijo Walsh, exalcalde de Boston.
Recuerda cómo 300 personas llenaron una sala para escuchar a Julián Castro, entonces secretario de Vivienda y Planificación Urbana. “Hablaba en nombre del presidente Obama y el vicepresidente Biden, y la gente estaba pendiente de cada palabra”.
Ahora Walsh es secretario de Empleo y se ve al otro lado del escenario, recorriendo el país para presentar el Plan de Empleos Estadounidenses del presidente Joe Biden. Mientras el enorme paquete de infraestructuras pasa por las complejas negociaciones en el Congreso, Walsh y un puñado de secretarios del gobierno han emprendido una atareada ruta para promocionar el plan y los proyectos de Biden en general.
“Está claro que el gobierno ha decidido llevar su mensaje de gira”, dijo Ravi Perry, responsable del departamento de ciencias políticas de la Universidad de Howard. “La cantidad de viajes, cuánto han viajado (...) de verdad ha habido un cambio”.
Desde principios de mayo, los miembros del gobierno de Biden han hecho docenas de apariciones en televisión y viajado por todo el país para defender los planes del mandatario en una ambiciosa campaña.

El índice de referencia subió 0,5% y está en camino a su tercera ganancia semanal consecutiva. El rendimiento de los bonos subió al inicio de la jornada, pero luego bajó después de un informe que mostró un gran incremento inflacionario el mes pasado.
El Departamento de Trabajo indicó que los precios al consumidor subieron 5% en mayo, el mayor aumento interanual desde 2008. Los economistas tenían prevista un alza de 4,6%.
Si bien los inversionistas han estado preocupados por la inflación desde hace semanas, el informe de mayo pareció reforzar el creciente consenso de que cualquier aumento en los precios será temporal. Una parte significativa del incremento de los precios al consumidor estuvo relacionada con la venta de automóviles usados, por ejemplo, lo que se atribuye en gran medida al hecho de que muchas empresas de renta de coches están comprando vehículos para reforzar sus flotas ahora que la gente está volviendo a viajar.
“Hay que tener en cuenta que, conforme comenzamos a regresar a una recuperación económica total, existe una demanda reprimida y restricciones al suministro debido a la escasez de materias primas y mano de obra”, dijo Mike Loewengart, director gerente de E-Trade Financial. “Esto crea el tipo de inflación que la Fed cree es transitoria, lo que significa que también pasará. Queda por verse si están en lo correcto o no”.
El S&P 500 ganó 19,63 puntos y concluyó en 4.239,18, superando la marca del 7 de mayo. El índice Dow Jones subió 19,10 unidades, o 0,1%, para terminar en 34.466,24, y el compuesto tecnológico Nasdaq avanzó 108,58 puntos, o 0,8%, a 14.020,33.