Ha habido cánticos discriminatorios en las gradas, un autobús del equipo apedreado, un partido cancelado debido a problemas con el público y muy pocos goles en el campo.

La liga de fútbol francesa está en los titulares por motivos equivocados esta temporada. Y ahora incluso el gobierno francés pide que se haga algo al respecto.

Después de 13 rondas de partidos esta temporada, la cantidad de incidentes preocupa a los funcionarios que han estado lidiando con un aumento de la violencia en los estadios durante las dos últimas campañas.

Según el ministro del Interior, Gerald Darmanin, más de 100 agentes de policía resultaron heridos en incidentes relacionados con el fútbol la temporada pasada y 870 personas fueron detenidas. Y no hay señales de abatimiento.

"No hay ningún otro deporte con este nivel de violencia", dijo Darmanin recientemente.

En octubre en Montpellier, un partido fue detenido en el tiempo añadido después de que los aficionados lanzaran un fuego artificial desde las gradas que aterrizó junto al portero del Clermont, Mory Diaw. El jugador senegalés tuvo que ser retirado en camilla, pero no resultó gravemente herido.

Unas semanas más tarde se alcanzó un nuevo nadir en Marsella, cuando el autobús que transportaba a los jugadores del Lyon fue apedreado por aficionados frente al estadio Vélodrome. Los cristales se rompieron y el técnico del Lyon, Fabio Grosso, quedó con la cara ensangrentada, una lesión que requirió puntos de sutura.

Según Darmanin, los partidarios también fueron atacados, cinco agentes de policía resultaron heridos y nueve personas fueron detenidas.

Otro episodio de violencia estalló en Montpellier el fin de semana pasado cuando un autobús que transportaba a los aficionados del Brest de regreso a casa fue atacado cuando salían de la ciudad del sur después de una victoria por 3-1 para el equipo visitante. Según los informes, su autobús fue alcanzado por piedras lanzadas desde un puente de la autopista.

“Lo que pasó fue muy grave. Cuando miras los impactos en el vehículo, entiendes rápidamente la violencia”, dijo Pascal Robert, director general del club. “Si el adoquín que arrojaron delante del autobús hubiera caído dos metros más abajo, el conductor habría resultado herido... No puedo imaginar la tragedia que se habría producido con nuestros sesenta seguidores a bordo”.

Mientras tanto, la liga no ofrece mucho en términos de entretenimiento o suspenso.

El París Saint-Germain vuelve a liderar la clasificación de cara al partido del domingo en Le Havre, tras haber ganado nueve de los últimos 11 títulos de liga. Con su equipo repleto de estrellas liderado por Kylian Mbappé, el máximo goleador de la liga con 14 goles, el PSG no tiene rival en el escenario nacional.

Niza, sin embargo, ha preparado un desafío creíble esta campaña y está a sólo un punto del líder antes del partido del sábado en Nantes. Pero los otros 16 equipos no dan mucho de qué alegrar a sus aficionados. Según las estadísticas de la liga, el número promedio de goles por partido después de 12 rondas fue menor que en las últimas tres temporadas (menos de 2,5) y el número de empates sin goles va en aumento.

Algunos grupos de seguidores están encontrando otras formas de entretenerse.

Antes de que finalmente se suspendiera el partido entre Marsella y Lyon, los aficionados de ambos equipos permanecieron en el estadio e intercambiaron insultos mientras esperaban que se reanudara el juego.

Burlándose de sus rivales de Marsella, algunos aficionados del Lyon fueron filmados haciendo gestos nazis e imitando monos.

Vicent Labrune, presidente de la liga francesa, cree que la violencia alcanzó un nuevo máximo después de que los estadios volvieran a recibir a los aficionados tras la pandemia de COVID-19, durante la cual los partidos se jugaron sin aficionados.

Con la reapertura de los lugares, se permitió regresar a los individuos violentos que habían cumplido prohibiciones de ingresar a los estadios durante la interrupción, dijo.

“Los muchachos habían cumplido su condena. Terminamos con un número de locos completamente superior al promedio”, dijo Labrune durante una audiencia con legisladores franceses este mes.

Labrune estimó que unos 50 fanáticos violentos en cada club de la liga francesa están causando problemas.

"Si logramos sacarlos de los estadios, la situación debería mejorar", afirmó.

Labrune añadió que la política de “tolerancia cero” implementada por la liga (con deducciones de puntos y cierre de secciones del estadio) es necesaria para mejorar la situación. Pero no parecía hacerse ilusiones de que la violencia pueda erradicarse sin un cambio mayor de mentalidad.

"El fútbol es un reflejo de la sociedad, no vamos a detenerlo solos", afirmó Labrune.

Ante el aumento de los cánticos homofóbicos en los estadios , Labrune también pidió que se suspendan sistemáticamente los partidos en cuanto se escuche el primer cántico ofensivo.

"Estamos preparados para llegar tan lejos como podamos", dijo a los legisladores. “Las cuestiones de discriminación en general me resultan intolerables y las cuestiones de homofobia me vuelven loco. Tenemos que detener el partido, es una medida adecuada”.

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POR  SAMUEL PETREQUÍN

(Foto AP/Daniel Cole)