
La Organización de Estados Americanos (OEA) eludió referirse a un golpe en un comunicado emitido el lunes en el que rechazó “cualquier salida inconstitucional a la situación” en el país andino. Poco después convocó a los países miembros a una sesión extraordinaria el martes para analizar el tema.
El organismo informó que la reunión se realizará a petición de las misiones de Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, Perú, República Dominicana y Venezuela y en ella se presentará también el análisis sobre las elecciones presidenciales del 20 de octubre, donde la OEA detectó irregularidades. México, que concedió asilo político a Evo Morales, también lo había solicitado.
La organización regional también lanzó un llamamiento “a la pacificación y al respeto al Estado de Derecho” y pidió “de forma urgente” que se reúna la Asamblea Legislativa boliviana para garantizar el funcionamiento del país y nombrar nuevas autoridades que garanticen un nuevo proceso electoral.
Bolivia entró el lunes en un vacío de poder e incertidumbre política tras la renuncia de Evo Morales a la presidencia presionado por el ejército y después de semanas de protestas masivas y denuncias de fraude en los últimos comicios. También renunciaron todas las autoridades que, según la Constitución, estaban facultadas para sucederlo.
Más allá de los aliados incondicionales del gobierno de Morales --como Venezuela y Cuba--, México y Uruguay no dudaron en calificar lo sucedido como un golpe de Estado, postura a la que también se unió el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, que asumirá el poder el próximo 10 de diciembre.

En el este de la Franja de Gaza, un ataque israelí mató a Bahaa Abu el-Atta y a su esposa y provocó una feroz reacción con lanzamientos de proyectiles que llegaron hasta el corazón de Tel Aviv, mientras Yihad Islámica prometía vengarse. El ejército de Israel consideraba a Abu el-Atta como el cerebro de los recientes ataques en su contra y el principal mando militar del grupo en Gaza.
Por otra parte, medios estatales sirios reportaron que un ataque aéreo israelí en la capital, Damasco, tuvo como objetivo a otro comandante de Yihad Islámica, Akram al-Ajouri, que resultó ileso.
La agencia noticiosa estatal siria dijo que aviones de guerra israelíes dispararon tres proyectiles sobre la vivienda de al-Ajouri y mataron a su hijo y a su nieta. El ejército israelí no realizó comentarios al respecto.
El repentino repunte de la violencia parecía avivar el conflicto cada vez más directo de Israel con Irán y sus aliados en la región. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, realizó recientemente una serie de advertencias sobre una supuesta agresión iraní.
Netanyahu recibió también las críticas de los residentes en la frontera sur y de rivales políticos por su tibia respuesta a ataques insurgentes recientes. El Gabinete de Seguridad del ejecutivo celebró una larga reunión extraordinaria para discutir más acciones.
Al finalizar, Netanyahu, que compareció junto al jefe del ejército, el teniente general Aviv Kochavi, dijo que el-Atta, un “architerrorista, era el principal generador de terrorismo desde la Franja de Gaza”.

La situación era tal que no había fecha para que se reuniera la Asamblea Legislativa, que debía elegir al sucesor de Morales. El presidente de ese órgano y los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados también renunciaron.
La Paz, la capital política del país, amaneció el lunes en tensa calma tras una turbulenta noche de violencia. Turbas atacaron y saquearon comercios y las casas de exautoridades y de líderes opositores. Una flota de 15 autobuses municipales de transporte público fue incendiada. En la madrugada la policía salió para repeler la acción de grupos vandálicos.
Las calles de la ciudad todavía seguían sin patrullaje policial el lunes en la mañana. En otras ciudades se mantenían los bloques callejeros opositores. En Santa Cruz, bastión de la oposición, el líder cívico Luis Fernando Camacho llamó a mantener el paro en la ciudad por dos días más hasta que el Legislativo elija al sucesor de Morales.
Tras la renuncia del mandatario también dimitieron el vicepresidente Alvaro García, que a la vez era presidente de la Asamblea Legislativa. La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra y el presidente de diputados, Víctor Borda, renunciaron también a sus cargos.
No estaba claro que los legisladores fueran a reunirse el lunes en sesión extraordinaria porque el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), controlaba casi dos tercios de la Asamblea y era necesario para el quorum.
Políticos y opositores insistieron en que el traspaso de poderes debía ser constitucional. “La Asamblea debe elegir al sucesor, no puede haber otra salida que no sea constitucional”, declaró el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).

El ministro del Interior, Gonzalo Blumer, dijo que el proceso debe pasar por el establecimiento de un Congreso Constituyente que tenga una “amplia participación” de los distintos sectores sociales y luego se ratifique en un plebiscito.
Blumel informó el plan a periodistas tras una reunión con el presidente, Sebastián Piñera.
“Entendemos que este es un trabajo que tenemos que hacer pensando siempre en el país”, dijo.
La Constitución chilena data de 1980, cuando aún regía la dictadura de Augusto Pinochet. Como parte de las protestas que han sumido al país sudamericano en una de sus mayores crisis políticas en la historia reciente se ha exigido la modificación de la carta magna.
En un intento por tratar de calmar la situación, el gobierno de Piñera ha impulsado ajustes sociales que incluyen ligeros incrementos a las pensiones y el salario mínimo. Sin embargo, las manifestaciones continúan.
Varios creen que las desigualdades por las que la gente protestan tienen su origen en la Constitución de Pinochet, que se mantuvo en el poder de 1973 a 1990, y que entre otras cosas privatizó los servicios básicos y creó sistemas de educación y salud a los que se puede acceder según el poder adquisitivo.

¿POR QUÉ EL CAMINO A LA REELECCIÓN DE MORALES HA SIDO CONTROVERSIAL?
Morales, ex líder sindical de cocaleros y primer presidente indígena de Bolivia, asumió el cargo el 22 de enero de 2006. Formó una asamblea constituyente para redactar una nueva constitución que fue aprobada en un referéndum de 2009. Entre los cambios en la nueva carta estaba permitirle al presidente una reelección consecutiva. El mandato de Morales como presidente debía haber sido de 2006 a 2011, pero convocó elecciones anticipadas para el 6 de diciembre de 2009, con el argumento de que la nación andina estaba siendo refundada con la constitución reformada. Él ganó fácilmente ese voto.
Morales luego sostuvo que su elección de 2009 contaba como su primera elección bajo la constitución, lo que significa que podría postularse en las elecciones de 2014, y el Tribunal Constitucional de Bolivia respaldó su posición. Con la oposición débil y fragmentada, volvió a ganar el cargo en 2014, que según sus críticos fue su segunda reelección.
¿POR QUÉ SE PODRÍA MORALES CORRER DE NUEVO ESTE AÑO?
Con la constitución impidiéndole buscar otra reelección en 2019, Morales convocó un referéndum en 2016 que propuso permitir una segunda reelección consecutiva para el presidente y el vicepresidente.