
En 2018, unos 6.000 migrantes, en su mayoría guatemaltecos y hondureños que huían de la violencia, llegaron a Tijuana. Muchas familias con niños dormían en parques y calles bajo la lluvia y el frío.
Una veda sobre el asilo de la época del presidente Donald Trump, prorrogada brevemente por el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, es una de las medidas estadounidenses que afectan ahora la decisión de los migrantes de abandonar sus hogares. La convergencia de la desigualdad, contiendas civiles y desastres naturales ha llevado a millones a abandonar Latinoamérica, Europa y África. Desde 2017, Estados Unidos es el principal destino mundial de quienes buscan asilo, según la ONU.
Este reportaje es parte de una serie acerca de cómo Estados Unidos se convirtió en el principal destino mundial de los solicitantes de asilo.

El miércoles media docena de mujeres se acercaron a la embajada de Bahamas con la lista en la que aparecían sus seres queridos —la mayoría a bordo de barcos rústicos zozobrados este año--; otros parientes en dos grupos de WhatsApp señalaron que no podían llegar porque estaban en provincias, mientras algunos más aseguraron que se dirigieron al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba para averiguar.
Las mujeres que llegaron a la sede diplomática de Bahamas indicaron a The Associated Prees que no darían declaraciones e insistieron que eran familias “desesperadas” y que no tenían otro interés que el de saber del destino de sus seres queridos.
Cuba atraviesa un récord migratorio en medio de una fuerte crisis económica, un efecto mezclado de la pandemia que paralizó al país y las sanciones de Estados Unidos que presionan a la isla para un cambio en el modelo político. Desabasto, largas colas e inflación marcaron el 2021 y el 2022.

Petro -quien le ganó en julio a conservadores y moderados con un discurso contra las élites, la violencia y a favor de los pobres- defiende la vía del diálogo porque él mismo formó parte de la guerrilla M-19 que en 1990 firmó la paz y luego avanzó en la vida civil como senador y alcalde de Bogotá.
En su corta gestión ha invertido su capital político en la llamada “paz total” con la que se propone negociar una salida al conflicto con múltiples actores armados, algunos con motivaciones políticas y otros dedicados al narcotráfico, un tema mayúsculo dado que Colombia es el mayor productor de hoja de coca en el mundo.
En pocos meses se han visto algunos avances: el Congreso aprobó una ley que sienta las bases para los acercamientos con grupos armados y se retomó la mesa de negociación con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) suspendida desde 2019. A su vez se iniciaron los diálogos con dos bandas urbanas que se disputan el microtráfico en Buenaventura, al oeste del país.

Francisco aprovechó su mensaje anual de Navidad a la curia romana para volver a advertir a los cardenales, obispos y sacerdotes que trabajan en la Santa Sede que en ningún caso están más allá de todo reproche, y que de hecho son vulnerables a la maldad.
Francisco les dijo que al vivir en el corazón de la Iglesia católica, “podríamos caer en la tentación de pensar que estamos seguros, que somos mejores, que ya no nos tenemos que convertir”.
Sin embargo, los residentes en el Vaticano corren más peligro porque están cercados por “demonios educados”, que “entran con educación, sin que uno se dé cuenta”, dijo el papa a los religiosos en el Salón de las Bendiciones del Palacio Apostólico.
Hace años que Francisco utiliza su mensaje de Navidad para dar una reprimenda anual a los burócratas del Vaticano, a los que guía en un “examen de conciencia” típicamente jesuita para ayudarles en el arrepentimiento antes de Navidad.
Sus críticas más duras llegaron en 2014, cuando enumeró los “15 males de la curia” que sufrían algunos, como el “terrorismo del chisme”, el “Alzheimer espiritual” y vivir “hipócritas” dobles vidas. Al año siguiente, Francisco ofreció un antídoto para esos pecados con un “catálogo de virtudes” que confiaba en que siguieran en su lugar, como la honestidad, la humildad y la sobriedad.

La esposa de Castillo, Lilia Paredes, y sus dos hijos menores viajaban en un vuelo de la aerolínea Aeroméxico programado para la 1:40 de la madrugada del miércoles, según el diario peruano La República. Otros medios locales reportaron la salida, y un reportero de CanalN publicó un video en Twitter en el que se veía a la familia pasando los controles de seguridad del aeropuerto.
La concesión del asilo político a la familia en México provocó la expulsión del embajador mexicano en Perú y advertencias de las autoridades peruanas debido a investigaciones pendientes de corrupción contra Paredes.
Las relaciones entre México y Perú se han tensado en los últimos días tras las declaraciones que ha realizado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en apoyo al presidente destituido y detenido a inicios de diciembre.
La destitución de Castillo tras un intento de disolver el Parlamento se ha visto seguida de fuertes protestas sociales y ha abierto una profunda crisis institucional en el país. El Congreso aprobó de forma preliminar el martes un adelanto electoral como concesión a los manifestantes.