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Trump fue blanco de abucheos, burlas y cánticos (y algunos aplausos) cuando asistió el domingo al quinto juego de la Serie Mundial en el Nationals Park. Fue un raro momento de desaprobación directa para un mandatario cuyo gobierno ha tomado medidas extraordinarias para protegerlo de las protestas y manifestaciones.
Desde que asumió la presidencia, Trump rara vez se ha aventurado a lugares de arraigo demócrata en su ciudad adoptiva o en otras partes del país en las que pudiera enfrentar hostilidad o indiferencia.
Cuando comenzaron los abucheos una vez que la imagen de Trump apareció en la pantalla gigante del estadio, el presidente parecía sorprendido. Le comentó algo a su esposa, Melania, mientras aplaudía. Pero su sonrisa se congeló y se desvaneció mientras continuaban los abucheos y una parte del público comenzó un breve cántico de “¡Enciérrenlo! ¡Enciérrenlo!”, una versión de la consigna que entonó en contra de Hillary Clinton en decenas de eventos durante su campaña presidencial 2016.
Funcionarios de la Casa Blanca intentaron restarle importancia a la muestra pública de rechazo, que estalló cuando apareció la imagen del Trump en la pantalla durante un tributo a las fuerzas armadas.
“Sé que también hubo algunos que aplaudieron. Pero, vamos, estamos en Washington D.C. Es una ciudad bastante liberal”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, el lunes.

Alexander Vindman, un teniente coronel del ejército que sirvió en Irak y ahora es diplomático, les dirá a los investigadores de la cámara baja que escuchó la conversación telefónica del 25 de julio entre Trump y el nuevo mandatario de Ucrania Volodymr Zelenskiy y reportó sus preocupaciones al abogado principal del NSC (siglas en inglés del Consejo).
“Me preocupó la llamada”, dirá Vindman, según el testimonio preparado al que The Associated Press tuvo acceso el lunes por la noche. “No creo que haya sido apropiado exigirle a un gobierno extranjero investigar a un ciudadano estadounidense, y me preocuparon las implicaciones del respaldo del gobierno estadounidense a Ucrania”.
Vindman será el primer funcionario actual de la Casa Blanca que comparecerá mientras la investigación de juicio político se adentra aún más en el gobierno de Trump y los demócratas se alistan para la siguiente fase pública de la pesquisa.
El oficial de 20 años de experiencia militar testificará que reportó sus preocupaciones por primera vez después de una reunión del 10 de julio en la que el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, Gordon Sondland, destacó la importancia de hacer que Ucrania investigara la elección presidencial de 2016 y a Burisma, una compañía vinculada a la familia de Joe Biden, precandidato presidencial demócrata para los comicios de 2020.
Vindman dijo que le comentó a Sondland que “sus declaraciones fueron inapropiadas, que la solicitud de investigar a Biden y a su hijo no tenía nada que ver con la seguridad nacional, y que el NSC no se iba a involucrar ni a verse presionado en ese tipo de investigaciones”.

Trump proporcionó detalles gráficos sobre los últimos momentos de al-Baghdadi mientras los soldados estadounidenses lo perseguían y acorralaban junto con tres de sus hijos en un túnel sin salida.
“Anoche, Estados Unidos llevó al terrorista número uno del mundo ante la justicia”, anunció Trump en la Casa Blanca. “Abu Bakr al-Baghdadi está muerto”.
En un discurso ante la nación, el mandatario describió una incursión aérea nocturna en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, con fuerzas de operativos especiales estadounidenses que volaron sobre el territorio sumamente militarizado y controlado por varias naciones y fuerzas. Ningún soldado falleció durante el operativo, agregó Trump.
La muerte de al-Baghdadi fue un logro en el combate contra el Estado Islámico, que brutalizó franjas de Siria e Irak y trató de dirigir una campaña de terrorismo a nivel mundial desde un autoproclamado “califato”. Una lucha de años por parte de los estadounidenses y fuerzas aliadas condujo a la captura del bastión del grupo, pero su ideología violenta ha seguido inspirando ataques.
Mientras las fuerzas estadounidenses se abalanzaban sobre él, Trump dijo que al-Baghdadi huyó a un túnel “sin salida” con tres de sus hijos y detonó un chaleco con explosivos. “Era un hombre enfermo y depravado, y ahora ya no está”, expresó Trump. “Murió como un perro, murió como un cobarde”, añadió.
La identidad de al-Baghdadi fue confirmada por una prueba de ADN realizada en el sitio, dijo Trump.

Al-Baghdadi fue atacado en la provincia siria de Idlib, según dijo el sábado por la noche a Associated Press un funcionario de Estados Unidos. El funcionario dijo que aún no se había confirmado la muerte del jefe del grupo EI en una explosión. No había más detalles disponibles en un primer momento. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a comentar la operación.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adelantó que habría un gran anuncio al tuitear el sábado por la noche “¡Acaba de pasar algo muy grande!”. El vocero de la Casa Blanca Hogan Gidley dijo que el presidente haría un “importante anuncio” a las 9 de la mañana del domingo, hora del este de Estados Unidos.
Un alto cargo de seguridad iraquí, a su vez, dijo a The Associated Press que el espionaje iraquí había jugado un papel en la operación. Al Baghdadi y su esposa detonaron chalecos bomba que llevaban durante la operación de comandos estadounidenses, indicó.
La fuente habló bajo condición de anonimato porque estaba revelando información sensible. En el ataque murieron otros líderes del grupo EI, añadió.
Si se confirma, el éxito de la operación podría ser un gran espaldarazo para Trump. La reciente retirada estadounidense del nordeste de Siria desencadenó un aluvión de críticas de ambos partidos en Washington, entre preocupaciones porque el grupo armado pudiera ganar fuerzas tras perder el control de un extenso territorio.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que monitorea la guerra en Siria, informó de un ataque de la coalición internacional tras la medianoche del sábado al domingo realizado por un escuadrón de ocho helicópteros y un avión de combate, contra posiciones de los Hurras al-Deen (Guardianes de la Yihad, un grupo adscrito a Al Qaeda) y donde se creía que había ocultos miembros del grupo EI, en la zona de Barisha, al norte de la ciudad de Idlib.
WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump está harto de The New York Times y de The Washington Post, por lo que la Casa Blanca le ordenará a las agencias federales que no renueven su suscripción a
esos periódicos.

Stephanie Grisham, secretaria de prensa de la Casa Blanca, dijo que el objeto de la medida es reducir costos.
“El no renovar suscripciones en todas las agencias federales representará un ahorro significativo para los contribuyentes, de cientos de miles de dólares”, afirmó Grisham.
Con frecuencia Trump critica a ambos periódicos, y en una entrevista el lunes con Fox News dijo que ya “no queremos” el Times en la Casa Blanca, y “probablemente lo suspenderemos y a The Washington Post”.
Asesores de la Casa Blanca dijeron que las ediciones impresas del periódico ya no les llegan, pero aún tienen acceso vía internet.
Jonathan Karl, presidente de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, dijo el jueves: “No tengo dudas de que los esforzados reporteros de The New York Times y el Washington Post seguirán haciendo periodismo de calidad, sin importar si el presidente reconoce que los lee. El pretender ignorar el trabajo de una prensa libre no hará que las noticias desaparezcan ni impedirá que los reporteros le informen al público y hagan que los que están en el poder rindan cuentas”.
Representantes del Times y del Post declinaron emitir comentarios.
The Wall Street Journal fue el primero en reportar el plan de la Casa Blanca para las agencias. Se desconoce cuándo se emitirán las instrucciones para éstas.