
Hablando en la lengua de los indios ticuna, recita el Padre Nuestro, lee un pasaje del Evangelio de San Mateo y pronuncia un sermón sobre la aceptación de Jesús en los corazones de todos, mientras las chicharras alborotan la selva que se expande más allá de la Iglesia católica recién construida.
Pereira, de 61 años, ha sido un misionero a tiempo parcial por los últimos 15 años, ofreciéndose como voluntario para visitar los fines de semana comunidades indígenas que rara vez ven un cura. Encabeza servicios llamados Celebraciones de la Palabra, pero no puede celebrar misa ni escuchar confesiones porque está casado y tiene nueve hijos. Ello le impide ordenarse como sacerdote.
Esto podría cambiar si prospera una propuesta que permitiría ordenar a personas casadas en partes aisladas de la Amazonía, la cual será analizada a partir del domingo en una reunión de obispos en el Vaticano.
Más de 100 obispos de América del Sur participarán en el Sínodo de Obispos para la Región Panamazónica. En el encuentro se abordarán los problemas sociales y ambientales que enfrentan los habitantes de la Amazonía, incluida la creciente deforestación de la zona. Pero los obispos también considerarán reformas para servir mejor a los católicos de esta parte del mundo.
Uno de los temas en la agenda del sínodo es una propuesta de estudiar la posibilidad de ordenar a individuos mayores bien considerados en sus comunidades, preferiblemente de origen indígena, “incluso si tienen familias establecidas y estables”.

Christopher Pincher dijo que la oferta británica era “buena, justa y razonable”, con una “amplia zona de aterrizaje” para conversaciones que permitirán al Reino Unido salir del bloque el 31 de octubre “en orden y amistosamente”.
Pincher hizo declaraciones después de un diálogo con el presidente chipriota Nicos Anastasiades.
Dirigentes europeos influyentes han dicho que las medidas propuestas el jueves por el primer ministro Boris Johnson distan mucho de las concesiones necesarias para llegar a un acuerdo.
El negociador británico David Frost se encontraba en la sede de la UE en Bruselas para conversaciones técnicas en busca de una salida al impasse.
Se considera difícil que la mayoría de los funcionarios y mandatarios de la UE acepten las nuevas propuestas de Johnson como base para un acuerdo.
Para el 17-18 de octubre está prevista una reunión cumbre en Bruselas donde Gran Bretaña y la UE esperan llegar a un acuerdo, pero por el momento ese objetivo aparece como extremadamente ambicioso.

En Cuba se avizora que la visita de dos días se transforme en acuerdos que beneficien al sector petrolero y el transporte, dos de las áreas más afectadas por la actual crisis económica.
Medvedev, quien estará en Cuba por tercera ocasión, tiene previsto reunirse con el presidente Miguel Díaz-Canel, recorrerá un proyecto de energía en las afueras de la capital y verá las labores de restauración del emblemático Capitolio de La Habana, incluida la cúpula que adquirió el dorado que lo cubre gracias a una donación de Moscú.
Un comunicado del gobierno ruso indicó el lunes que se firmarán acuerdos intergubernamentales y contratos comerciales, aunque no se especificó su índole. Rusia es un importante socio comercial de Cuba, detrás de Venezuela, China, España y Canadá.
A continuación un vistazo al momento en que se realiza el viaje y un repaso breve a las relaciones:
¿EN QUÉ CONTEXTO SE REALIZA LA VISITA?
Aunque fue programada con antelación, la llegada de Medvedev coincide con el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos a Cuba. Una de las medidas más recientes fue la creación de una lista negra de navieras para castigar a aquellas que traen petróleo.
Cuba produce unos 42.000 barriles de petróleo todos los días, pero tiene un déficit de 62.000 diarios que consigue sobre todo de Venezuela, también cercano socio de Rusia.

“No hemos vendido nada y no sé, de repente mañana va a seguir igual”, dijo la mujer de 39 años que recibe hasta 400 dólares diarios en ventas.
Lo usual es que varias cuadras alrededor de la antigua plaza de armas de Lima, junto a la cual se ubica el palacio de gobierno, sean en un imán para los turistas que recorren esta ciudad fundada por los españoles en el siglo XVI, pero que desde el lunes se mostraba vacía e inaccesible, excepto para los periodistas, policías y barrenderos.
Pese a su preocupación por las nulas ventas, Sulca --al igual que más del 50% de los peruanos, de acuerdo a diversas encuestas de septiembre-- se mostró a favor del cierre del Parlamento, que estuvo dominado por el partido Fuerza Popular dirigido por la política conservadora Keiko Fujimori, hija y ex primera dama del también encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), quien hace 27 años cerró el Congreso aunque transgredió la ley y sacó los tanques de guerra a las calles.
“Hace tiempo debieron cerrarlo... Hay un montón de ladrones que allí están metidos”, añadió Sulca, cuya tienda está a 20 pasos del palacio presidencial y afirma que en varias ocasiones ha visto caminar sin guardaespaldas al presidente Vizcarra, a quien suele saludar diciéndole “vecino”, mientras que el mandatario levanta la mano y les responde con un “hola vecina”.

Los comerciantes que viajan al centro de Venezuela suben a autobuses y los llenan de sacos de arroz, cajas de medicamentos, paquetes de pasta de dientes e incluso neumáticos que compraron en la vecina Colombia. En la terminal de llegadas, viajeros agotados bajan de los autobuses y se dirigen a la frontera, donde comprarán comida o verán sus pasaportes sellados para salir de Venezuela sin fecha de regreso.
Entre los gritos de los vendedores ambulantes y el jaleo de los peatones, docenas de hombres jóvenes con carros de metal pasan de un lado a otro de la estación y la frontera, cargando maletas y mercancías. Se les conoce como “lomo taxistas” porque pasan buena parte del día cargando bultos pesados sobre la espalda.
“No me esperaba quedarme acá pero como no me pude ir más adelante me tocó”, comentó Ricardo Rocha, un lomo taxista del centro de Venezuela y que llegó el año pasado a San Antonio.
Rocha dijo ganar unos 8 dólares al día cargando sacos de mercancías por la estación de autobús de San Antonio, que se encuentra a unas cuatro cuadras de la frontera. Puede ser un trabajo agotador, con temperaturas extremas que a menudo alcanzan los 40 grados Celsius (104 Fahrenheit), pero el joven de 26 años dijo que era mejor que quedarse en casa, en su estado natal de Aragua.
“Allá en el centro del país no hay casi comida. Y está muy difícil conseguir trabajo”, señaló.
La escasez de alimentos y la hiperinflación en Venezuela empuja a miles de personas que dejan el país cada día buscando una vida mejor.