10.000 trabajadoresBEIJING (AP) — China ha enviado a Shanghái a más de 10.000 trabajadores de la salud de todo el país, incluidos 2.000 del ejército, mientras lucha por erradicar un brote que se propaga rápidamente en su ciudad más grande bajo su estrategia de cero COVID.
Shanghai estaba realizando una prueba masiva de sus 25 millones de residentes el lunes cuando lo que se anunció como un bloqueo de dos fases entró en su segunda semana. La mayor parte del este de Shanghai, que se suponía que reabriría el viernes pasado, permaneció bloqueada junto con la mitad occidental de la ciudad.
Si bien se ha permitido que muchas fábricas y compañías financieras sigan operando si aíslan a sus empleados, aumentaba la preocupación por el posible impacto económico de un bloqueo prolongado en la capital financiera de China, un importante centro de envío y fabricación.
China informó el lunes más de 13.000 casos nuevos en todo el país en las 24 horas anteriores, de los cuales casi 12.000 eran asintomáticos. Alrededor de 9.000 de los casos estaban en Shanghái. El otro gran brote está en la provincia de Jilin, en el noreste de China, donde los nuevos casos superaron los 3.500.
El cierre de Shanghai ha provocado numerosas quejas, desde escasez de alimentos hasta personal e instalaciones limitados en sitios de aislamiento construidos apresuradamente. Algunas personas que dieron positivo se han quedado en casa durante períodos prolongados debido a la escasez de camas de aislamiento o de transporte para llevarlos a un centro, dijo la publicación de noticias de negocios Caixin.
Cuando se le preguntó sobre la ansiedad de los padres separados de sus hijos, el funcionario de la comisión de salud de Shanghái, Wu Qianyu, dijo el lunes que deben mantenerse separados si el niño da positivo y el padre da negativo, según el Paper, un medio de comunicación en línea.

PreocupaGRAND PORTAGE, Minnesota, EE.UU. (AP) — Expertos en animales silvestres están buscando el virus que causa el COVID-19 en ciervos, osos, alces y lobos en los bosques de Minnesota. Se trata de investigadores de todo el mundo que intentan averiguar cómo y dónde se propaga el coronavirus en la fauna salvaje, en momentos en que las agencias internacionales de salud abogan por un mayor seguimiento de los animales infectados.
Los científicos están muy preocupados de que el virus del COVID-19 evolucione dentro de las poblaciones animales, generando mutaciones virales potencialmente peligrosas que pudieran contagiar a seres humanos, propagarse entre la gente y reavivar lo que por ahora parece una crisis menguante. Recuerdan que los virus ya han pasado de los seres humanos a animales y viceversa.
Para Todd Kautz, un investigador postdoctoral, y otros expertos en vida silvestre, rastrear el coronavirus significa temperaturas bajo cero, caminos helados, caminar penosamente a través de la nieve profunda y acercarse incómodamente a la vida silvestre potencialmente peligrosa.
En una reserva indígena en un bosque del norte de Minnesota, cerca de la frontera con Canadá, Kautz tuvo que acostarse boca abajo en la nieve y arrastrarse por la estrecha guarida de un oso negro en hibernación. Enfocando una luz en su hocico, Kautz deslizó con cuidado un bastoncillo largo en las fosas nasales del oso cinco veces, para hacerle una prueba de COVID-19.
La pandemia ha servido como un ejemplo claro y trágico de cuán estrechamente están vinculadas la salud de los animales y la salud de los seres humanos. Si bien no se han demostrado los orígenes del virus, muchos científicos dicen que probablemente saltó de los murciélagos a los humanos, ya sea directamente o a través de otra especie que se vendía en vivo en un mercado de Wuhan, en China.
Y ahora se ha confirmado que el virus está presente en la fauna silvestre en al menos 24 estados de Estados Unidos, entre ellos Minnesota. Recientemente, un estudio inicial en Canadá mostró que alguien en las cercanías de Ontario probablemente contrajo de un ciervo una cepa altamente mutada.
“Si el virus puede establecerse en una reserva para animales salvajes, siempre estará ahí afuera, amenazando con volver a propagarse a la población humana”, advirtió el investigador de la Universidad de Minnesota Matthew Aliota, quien está trabajando con el equipo de la Reserva Grand Portage.
ExpertosNUEVA YORK (AP) — A medida que aumentan las infecciones por coronavirus en algunas partes del mundo, los expertos están atentos a un posible nuevo aumento de COVID-19 en los EE. UU. y se preguntan cuánto tiempo llevará detectarlo.
A pesar de las mejoras en el monitoreo de enfermedades en los últimos dos años, dicen, algunos desarrollos recientes no son un buen augurio:
—A medida que más personas se hacen las pruebas rápidas de COVID-19 en casa, menos personas se hacen las pruebas estándar de oro en las que confía el gobierno para el recuento de casos.
—Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades pronto usarán menos laboratorios para buscar nuevas variantes.
—Los funcionarios de salud se están enfocando cada vez más en las admisiones hospitalarias , que aumentan solo después de que ha llegado un aumento.
—Un programa de vigilancia de aguas residuales sigue siendo un mosaico con el que aún no se puede contar para obtener los datos necesarios para comprender las próximas oleadas.
Funcionarios de la Casa Blanca dicen que el gobierno se está quedando sin fondos para vacunas, tratamientos y pruebas.
“No estamos en una gran situación”, dijo Jennifer Nuzzo, investigadora de pandemias de la Universidad de Brown.
Los científicos reconocen que la amplia disponibilidad de vacunas y tratamientos coloca a la nación en un lugar mejor que cuando comenzó la pandemia, y que el seguimiento ha avanzado mucho.
Por ejemplo, esta semana los científicos promocionaron un programa de 6 meses que evalúa a los viajeros internacionales que vuelan a cuatro aeropuertos de EE. UU. Las pruebas genéticas de una muestra el 14 de diciembre arrojaron una variante de coronavirus, el descendiente de omicron conocido como BA.2, siete días antes que cualquier otra detección informada en los EE. UU.

Cierre ShangháiBEIJING (AP) — Las autoridades chinas trataron de tranquilizar a las empresas y a los nerviosos inversionistas el martes cuando el confinamiento en dos fases de los 26 millones de habitantes de Shanghái entró en su segundo día, arrojando una calma inusual sobre el normalmente bullicioso centro de finanzas, manufactura y comercio.
El brote de omicron en Shanghai es uno de una serie en todo el país que está poniendo a prueba la capacidad del gobierno para hacer cumplir una estrategia estricta de "cero-COVID" sin perturbar demasiado la economía y la vida cotidiana de las personas.
Muchas tiendas estaban cerradas y los peatones eran escasos incluso en la mitad de la ciudad que permanecía abierta. El cierre se lleva a cabo en dos fases para limitar la interrupción, comenzando con el distrito financiero de Pudong y las áreas adyacentes en el lado este del río Huangpu que divide Shanghai.
Zhang Meisha, mientras salía a correr por la mañana a lo largo del legendario Bund en la orilla oeste del río, dijo que esperaba disfrutar de más sol antes de que el cierre se trasladara a Puxi. Solo un turista ocasional se demoró en el paseo bordeado de edificios históricos centenarios.
El cierre se ha sumado a la ansiedad en los mercados financieros por la guerra de Rusia contra Ucrania , el esfuerzo de la Reserva Federal de EE. UU. para enfriar la inflación creciente elevando las tasas de interés y otros desafíos que enfrenta la economía global.
Las reacciones del mercado, incluida la caída del 7% de los precios del petróleo del lunes en Londres, no reflejan la "verdadera realidad de la situación", pero los inversores ya estaban preocupados por China y la economía mundial, dijo Michael Every de Rabobank.

Samoa detectaWELLINGTON, Nueva Zelanda (AP) — Samoa ha informado decenas de nuevos casos de COVID-19 cada día desde que detectó su primer caso de transmisión comunitaria la semana pasada.
La nación insular del Pacífico Sur de 200.000 habitantes ha estado encerrada desde el sábado mientras lidia con su primer brote de la pandemia.
El brote se descubrió cuando una mujer que estaba a punto de viajar dio positivo por el virus el jueves pasado e indica que el virus probablemente se había estado propagando sin ser detectado durante días o incluso semanas.
Samoa reportó otros 95 nuevos casos en 24 horas al sábado y otros 85 el domingo.
Solo 15 de los 196 casos activos fueron importados del extranjero, según el último comunicado del gobierno disponible el lunes. Se han realizado más de 2.200 pruebas desde el viernes, según el comunicado.
Samoa y varias naciones insulares vecinas del Pacífico estuvieron entre los últimos lugares del mundo en evitar brotes de virus. Pero la variante omicron más transmisible ha cambiado la ecuación, y una por una las naciones insulares han ido sucumbiendo al COVID-19.
Desde principios de año, Kiribati, Tonga, las Islas Salomón, las Islas Cook y Samoa Americana han experimentado sus primeros grandes brotes.
Todas las escuelas de Samoa están cerradas, las reuniones públicas están prohibidas y todas las tiendas y otros servicios están cerrados, excepto los que se consideran esenciales.
Inicialmente, el cierre está programado para durar hasta el martes, pero muchos esperan que se extienda.
Alrededor del 65% de todos los samoanos han recibido al menos dos dosis de una vacuna contra el coronavirus, según Our World in Data.
Samoa ha tenido temores de virus y bloqueos anteriores después de que los pasajeros del avión que regresaban dieron positivo mientras se aislaban, pero hasta ahora habían logrado evitar cualquier brote comunitario.
Micronesia, las Islas Marshall y Nauru se encuentran entre las pocas naciones insulares del Pacífico que han evitado los brotes de omicron.

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