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El tono de la sesión de una hora estuvo en consonancia con la promesa de Biden de ser franco con la nación sobre el estado del brote que ya ha provocado más de 425.000 decesos de estadounidenses. Contrastó fuertemente con lo que se había convertido en el espectáculo de Donald Trump en el gobierno anterior, cuando los funcionarios de salud pública eran menoscabados repetidamente por un presidente que compartía sin vacilar sus ideas no demostradas por los científicos.
La proyección de decesos no fue muy distinta a la ofrecida por el propio Biden, pero de igual forma sirvió como un sombrío recordatorio del brutal camino que queda por delante.
“Sé que estas no son las noticias que todos queremos escuchar, pero esto es algo que debemos decir para que todos estemos conscientes”, comentó la doctora Rochelle Walensky, la nueva directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). “Si nos unimos en la acción, podemos revertir la situación”, añadió.

La Casa Blanca dijo que Biden firmará una orden ejecutiva que reabrirá los mercados HealthCare.gov, algo que la administración de Donald Trump se negó a hacer. También tomará medidas destinadas a revertir otras políticas de su antecesor, incluso en el tema del aborto.
Biden ha prometido aprovechar la ley de salud que impulsó el expresidente Barack Obama para lograr que todos los estadounidenses cuenten con cobertura de salud. Pero para hacer eso, necesitará la aprobación del Congreso, y muchos republicanos se oponen.
El impacto más concreto a corto plazo de las órdenes ejecutivas de Biden provendrá de la reapertura de los mercados de seguros HealthCare.gov, debido a que la cobertura se ha reducido ante la agitación económica derivada de la pandemia. Ese nuevo “período especial de inscripción” de tres meses podría comenzar el 15 de febrero, según un resumen de la Casa Blanca.

El secretario interino de Justicia, Monty Wilkinson, emitió el nuevo memorando, en el cual señala que el departamento regresaría a su política anterior e instruye a los fiscales federales de todo el país a actuar según lo amerite cada caso individual.
“De conformidad con este añejo principio de realizar evaluaciones individualizadas en los casos penales, estoy rescindiendo, con efecto inmediato, la directriz sobre políticas”, escribió Wilkinson.
El funcionario señaló que los principios del departamento han “enfatizado durante mucho tiempo que las decisiones sobre la presentación de cargos penales deberían involucrar no sólo una determinación de que se ha cometido un delito federal y que las pruebas admisibles probablemente serán suficientes para obtener y sostener una condena, sino que también deberían tener en cuenta otros factores individuales, como las circunstancias personales y los antecedentes penales, la gravedad del delito y la sentencia probable u otras consecuencias que resultarían de una condena”.

En declaraciones vertidas antes de firmar la orden, Biden dijo que el gobierno estadounidense debe cambiar “su enfoque general” hacia el tema de la igualdad racial. Añadió que el país es menos seguro y menos próspero debido al racismo sistémico.
“Debemos cambiar ahora”, señaló el mandatario. “Sé que tomará tiempo, pero sé que podemos lograrlo. Y creo firmemente que la nación está lista para el cambio. Pero el gobierno debe cambiar también”.
Biden fue elegido presidente en un periodo en el que el país realizó un profundo examen de conciencia sobre el racismo institucionalizado. Las medidas anunciadas el martes reflejan su empeño en cumplir sus promesas de campaña de combatir la injusticia racial.
Además de pedirle al Departamento de Justicia que deje de usar cárceles privadas y que aborde la discriminación en vivienda, las nuevas medidas buscan afianzar el compromiso del gobierno para respetar la autonomía de las tribus y repudiar la discriminación que se ha generado contra las comunidades asiático-estadounidense y de las islas del Pacífico a raíz de la pandemia del coronavirus.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca Jen Psaki indicó que Sudáfrica fue agregada a la lista debido a la presencia en ese país de una variante de la enfermedad.
“No es este el momento de levantar las restricciones a los viajes internacionales”, señaló Psaki.
La medida de Biden prohíbe, a partir del martes, la entrada al país a prácticamente todos los ciudadanos extranjeros que hayan estado en alguno de los países señalados en los 14 días previos a su llegada a Estados Unidos.
Los 26 países europeos señalados son parte de la zona Schengen de libre paso e incluyen a Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia y Suiza.
Por su parte, el máximo experto en enfermedades contagiosas de Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci dijo el lunes que la decisión de Biden era “prudente”.
“Estamos preocupados por la mutación del virus que se ha detectado en Sudáfrica”, expresó Fauci en entrevista con el programa “CBS This Morning”.