
Horas después de que la Asamblea Nacional ratificara a Juan Guaidó como jefe del Congreso y presidente interino para tratar de matizar la percepción de las fracturas que existen en el bloque opositor venezolano, un tribunal especial de Caracas ordenó “la libertad inmediata” del primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, el diputado opositor Edgar Zambrano, que estaba detenido desde el 8 de mayo por acompañar a Guaidó en una fallida rebelión del 30 de abril.
Zambrano fue liberado como parte del acuerdo suscrito en la víspera y recibió el beneficio de “medida cautelar sustitutiva”, consistente en presentaciones periódicas ante el juzgado cada 30 días y prohibición de salida del país.
En declaraciones a la prensa, poco después de salir de la base militar donde estuvo detenido, Zambrano afirmó que su encarcelamiento constituyó una “violación de las garantías constitucionales” y sus derechos políticos. En consecuencia “mi prisión, es una prisión injusta, violatoria de la Constitución, de la institución universal de la inmunidad parlamentaria, de los derechos humanos”.
La detención del legislador de 63 años se dio después que la Asamblea Constituyente --organismo oficialista creado para rivalizar con la Asamblea Nacional, en manos de la oposición-- le retirara la inmunidad parlamentaria.
La liberación de Zambrano se produjo un día después de que Maduro adelantara que se le entregó a la Comisión de la Verdad un conjunto de solicitudes y peticiones de liberaciones de presos para que las evalúen.
Guaidó, por su parte, atribuyó la liberación de Zambrano a la “presión” local e internacional, además del informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet.

Sin embargo, documentos a los que tuvo acceso The Associated Press muestran que el gobierno de Brasil comenzó procedimientos legales para transferir a todos los empleados de las cuatro agencias regionales de protección ambiental, que son las responsables de proteger la selva de la deforestación, la apropiación de tierras y los incendios no permitidos.
Esto amplía el desgaste del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables, Ibama por sus siglas en portugués, cuyas operaciones de campo parecen haberse reducido notablemente desde principios de año. Los fondos del organismo para gastos discrecionales y ejecución de operaciones bajaron este año un 24%, una reducción importante en lo que dos expertos calificaron ya de presupuesto escaso.
La rebaja presupuestaria se enmarca en una iniciativa más amplia en favor de la austeridad del presidente, Jair Bolsonaro, quien asumió el 1 de enero y busca controlar el gasto de un ejecutivo con problemas económicos. Pero los críticos apuntan que el dirigente también se quejó de que las leyes ambientales frenan el desarrollo en la Amazonía.
El personal del Ibama sostiene que las oficinas regionales son críticas para su trabajo, ya que les proporcionan un conocimiento más cercano de las zonas problemáticas y una respuesta más rápida en el estado más grande del país, que supera en tamaño a Texas, California y Montaña juntos.

Poco después que el líder opositor venezolano Juan Guaidó anunciara el agotamiento de los diálogos, el principal facilitador noruego del proceso, Dag Nylander, dejó abierta la posibilidad de que Oslo continúe promoviendo las conversaciones.
Nylander expresó en un mensaje que público la noche del domingo en su cuenta de Twitter que Noruega se mantiene dispuesta a continuar en este papel “siempre y cuando las partes lo consideren oportuno, y avancen en la búsqueda de una solución negociada”.
Las negociaciones entre el gobierno y la oposición, que se estaban desarrollando desde julio en la isla caribeña de Barbados, entraron en crisis después que Maduro anunció a comienzos del mes pasado el retiro de su delegación del proceso en rechazo por las nuevas sanciones que le impuso Washington que congeló todos los activos del gobierno de Venezuela en Estados Unidos y prohibió a los estadounidenses hacer negocios con Caracas.
La postura fue ratificada a comienzos de este mes cuando el Maduro indicó que su delegación no retornaría a los diálogos hasta que Guaidó “rectifique” su postura sobre una supuesta negociación del Esequibo, un territorio que está en disputa entre Venezuela y Guyana desde hace varias décadas.

Apenas unas horas después, se registró otra explosión cerca de la embajada de Estados Unidos en Kabul, pero por el momento se desconocían más detalles. Los talibanes reclamaron la autoría de ambos atentados.
Los ataques se produjeron en vísperas de las elecciones presidenciales del 28 de septiembre, unos comicios a los que los talibanes se oponen. El grupo insurgente advirtió a la población que no acuda a las urnas y anunció que atacarían centros de votación y actos electorales.
En el atentado del martes, un suicida estrelló su motocicleta bomba contra la entrada del local en el que Ghani celebraba un mitin, a la afueras de Charakar, una ciudad de la provincia norteña de Parwan.
Entre las víctimas había muchas mujeres y niños, señaló el doctor Qasim Sangin, un funcionario local.
El ataque ocurrió poco después del inicio del acto de campaña del presidente, dijo Wahida Shahkar, vocera del gobernador de Parwan.
Imágenes del incidente emitidas por la televisora local mostraron la carrocería y los restos calcinados de vehículos policiales y militares que al parecer estaban cerca del lugar de la potente explosión.

Este coctel de sensaciones no se produce en cualquier cocina. Sus dimensiones no rebasan la palma de una mano y su relleno consta de un solo guiso, pero la especificidad de sus ingredientes y las horas requeridas para prepararlo convierten al chile en nogada en una de las joyas de la gastronomía mexicana y rey de los comedores durante las fiestas patrias de septiembre. Por ello, sólo algunos chefs y entusiastas de las recetas más complejas de México afilan cada año sus cuchillos y su paciencia para dedicar hasta dos días a rellenar las barrigas huecas de estos chiles que no pican.
Una sonrisa surca el rostro del chef Alejandro Cuatepotzo cuando uno elogia el balance entre lo dulce y lo salado de los chiles en nogada que cocina en Arango, el restaurante que abrió en 2018 en Ciudad de México. Mientras dura la temporada _de julio a septiembre_, sirve hasta cien de estos platos semanalmente y para ello su equipo de 14 cocineros dedica ocho jornadas mensuales a preparar una receta que data del siglo XIX y en su caso emplea 30 ingredientes.
Cuatepotzo y los chiles en nogada nacieron en el mismo sitio: el céntrico estado de Puebla. Las versiones sobre el origen del plato varían, pero Ricardo Muñoz Zurita --otro mexicano que además de chef es erudito de la comida local-- asegura que se sirvió por primera vez el 28 de agosto de 1821. Ese día, explica, el comandante Agustín de Iturbide acababa de firmar un tratado gracias al cual México logró independizarse de España. El documento se suscribió en el estado de Veracruz, pero en su camino de regreso a la capital Iturbide paró en Puebla y las monjas de un convento lo recibieron con chiles en nogada para celebrar el fin de la colonia. Por ello, dice Muñoz Zurita, no es casual que el plato comparta los colores de la bandera: verde, blanco y rojo.