
Sin embargo, eso no significa que el camino por delante está claro.
El martes, la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, quien durante meses había sido un poderoso freno para los demócratas que querían un proceso de juicio político contra Trump, lanzó una investigación formal para juicio político en la que acusó al presidente de “traición a su juramento”, así como de traición a la seguridad nacional y a la integridad de las elecciones estadounidenses.
A continuación un vistazo al asunto y a lo que se sabe sobre lo que sucederá a continuación:
LOS SIGUIENTES PASOS
La Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes será el panel responsable de recomendar los artículos de juicio político contra Trump si la investigación conduce a eso.
Hasta ahora, seis comisiones de la cámara baja han investigado varios aspectos de la presunta incorrección por parte del presidente. Seguirán investigando, pero de manera expedita, aunque sin ningún plazo establecido.
Si la Comisión de Asuntos Jurídicos avala los argumentos de juicio político, el asunto pasa al pleno de la cámara baja. Los demócratas son mayoría en la Cámara de Representantes y sus comités.

De regreso en su ciudad natal para la Asamblea General de Naciones Unidas, el mandatario tomaba un “receso ejecutivo” en su ático de la Trump Tower cuando la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció el inicio de un proceso formal de juicio político en su contra. La medida de Pelosi incrementa las posibilidades de que Trump se convierta en el tercer presidente del país en ir a juicio político.
Fue un proceso que duró más de dos años y medio, y uno que lleva al mandatario por una nueva senda de su característico martirio político.
La impugnación, resultado de una presidencia de Trump que tiende a saltarse las normas y de la persistente frustración de los demócratas con el resultado de las elecciones de 2016, fue bien recibida por los asesores del mandatario, que creen que podría tener resultados contraproducentes para los demócratas.
El mismo Trump dijo que la medida podría impulsar sus posibilidades electorales, pero en su momento reaccionó con una serie de tuits en los que expresó su malestar y acusó a los demócratas de participar en una “caza de brujas” y “acoso presidencial”.
Momentos antes, cuando se hizo pública la decisión de Pelosi, un agitado Trump opinó sobre el costo político del juicio político y el episodio que ha precipitado el proceso, al saberse que una denuncia de informante lo acusaba de presionar al gobierno ucraniano para que consiguiera información perjudicial sobre la familia de su rival político, Joe Biden.
“Van a perder la elección, y creen que esto es lo que deben hacer”, dijo Trump a los reporteros. Refiriéndose a Pelosi, añadió: “Si lo hace, todos dicen que es algo positivo para mí, para la elección. También se podría decir, ¿quién necesita esto? Es malo para el país”.
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La cumbre sobre el clima, una parte central del programa de este año de la ONU, no estuvo dentro de la agenda de Trump. Sin embargo, se detuvo para observar lo que sucedía durante unos 15 minutos para después dirigirse a lo que consideró como el evento principal: una reunión sobre proteger la libertad de religión.
Trump dijo que era un “deber moral urgente” para los líderes mundiales detener los crímenes contra la fe, liberar a los presos de conciencia y derogar las leyes que restringen la libertad religiosa.
“Aproximadamente el 80% de la población del mundo vive en países donde la libertad religiosa está amenazada, restringida o incluso prohibida”, dijo el mandatario, y agregó que cuando escuchó la estadística por primera vez, no creyó que fuera real e incluso pidió que fuera verificada.
El gobierno de Trump ha organizado reuniones anuales sobre el tema en Washington, y el secretario de Estado Mike Pompeo anunció en el evento de este año que crearía una alianza internacional dedicada a la cuestión.

El Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) ofreció su valoración sobre las perspectivas de la estancada diplomacia nuclear horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que un nuevo encuentro con el líder norcoreano, Kim Jon Un, “podría ocurrir pronto”.
Kim Min-ki, uno de los legisladores que asistió a la reunión informativa, citó al servicio de espionaje diciendo que hay “una alta posibilidad de que las conversaciones de trabajo (entre Washington y Pyongyang) se reanuden en dos o tres semanas”.
La agencia dijo además que este año podría celebrarse otra cumbre Trump-Kim si los dos países reportan progresos en esas reuniones de trabajo, agregó Min-ki.
Las llamadas al NIS para confirmar la información no fueron respondidas de inmediato. La agencia no suele comentar el contenido de las reuniones que mantiene con legisladores a puerta cerrada.
Los esfuerzos diplomáticos encabezados por Estados Unidos para zanjar la crisis nuclear con Corea del Norte están estancados desde que la segunda cumbre entre Trump y Kim, celebrada en febrero en Vietnam, terminó sin un acuerdo por las discrepancias en torno a las sanciones económicas de Washington a Pyongyang. Los dos líderes celebraron una breve reunión improvisada en una aldea fronteriza coreana a finales de junio y acordaron retomar los contactos.

Únicamente aquellos con planes nuevos, específicos y atrevidos podrán subir el estrado y acaparar la atención de un planeta cada vez más caliente, afirmó el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres.
Así que Brasil, Arabia Saudí y Polonia pueden quedarse en sus asientos.
“Ahora sólo puede hablar gente que presente medidas positivas. Ese es el boleto”, dijo Guterres. “Si tienen malas noticias, mejor ni vengan”.
Para resaltar la gravedad del problema, la Organización Meteorológica Mundial de la ONU difundió el domingo un reporte científico que demuestra que durante los últimos años se han incrementado el calentamiento, el nivel del mar y la contaminación por dióxido de carbono.
Las propuestas de Brasil, Polonia y Arabia Saudí para combatir el cambio climático no cumplieron con los requisitos, por lo que no están en el programa de la cumbre del lunes. Estados Unidos ni siquiera se molestó en presentar una, según un funcionario de Naciones Unidas que habló bajo condición de anonimato.
El parámetro ni siquiera es tan alto: Los líderes de 64 países, la Unión Europea, más de una decena de compañías y bancos, algunas ciudades y un estado presentarán planes durante la Cumbre de Acción Climática de la secretaría general.