
“Si me postulo y gano, trataremos a esa gente del 6 de enero con justicia”, declaró Trump el sábado por la noche en un evento en Conroe, Texas. “Y si se requieren indultos, les daré indultos porque están siendo tratados injustamente”.
Fue el más reciente intento de Trump de restarle importancia al peor ataque contra el gobierno estadounidense desde la guerra de 1812.
Ese día, el 6 de enero del 2021, los seguidores del entonces mandatario rompieron ventanas, atacaron a policías y obligaron a legisladores y sus asistentes a huir. Los insurrectos intentaban impedir la certificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones.
Más de 700 personas han sido arrestadas y acusadas penalmente en conexión con el motín, siendo la mayor investigación jamás emprendida por el Departamento de Justicia. Entre ellos hay más de 150 acusados de agredir a policías, más de 50 acusados de conspiración y cargos se sedición contra el líder fundador de la milicia ultraderechista Oath Keepers y otros 10 miembros o allegados.
Más de 100 policías resultaron heridos, algunos de gravedad.
El suceso se desató luego que Trump organizó un mitin cerca de allí, denunciando falsamente que hubo fraude electoral.
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Los expertos ven improbable que Estados Unidos y sus aliados acepten algo tan general como una prohibición completa del comercio con Rusia o un embargo. En lugar de eso, es probable que industrias y personas concretas carguen con el grueso de las sanciones al agravarse la crisis.
El Kremlin ha restado importancia a las sanciones contra funcionarios y líderes empresariales rusos impuestas por Estados Unidos y sus aliados. El vocero Dmitry Peskov señaló esta semana que los congresistas parecían no haberse dado cuenta de que la ley rusa prohíbe a los miembros del gobierno tener activos en el extranjero.
Estados Unidos insiste en que las personas señaladas pierden ingresos y valor de activos considerables por las sanciones financieras, que por ejemplo limitarían sus compras e inversiones.
La geopolítica, la dependencia europea del gas natural ruso y el enorme tamaño de Rusia son algunos de los motivos que impiden a Estados Unidos someter a Moscú a un embargo más amplio como los que pesan sobre Cuba, Corea del Norte e Irán.
A continuación, un vistazo a cómo y por qué podría optar Occidente por sancionar a personas o industrias concretas en Rusia, en lugar de medidas más generales.
¿POR QUÉ PERSEGUIR A PERSONAS Y NO A ORGANIZACIONES?
En ocasiones, esa medida más ajustada pretende evitar daños involuntarios a gente corriente o provocar acciones que perjudiquen a su vez a intereses occidentales.

Durante una ceremonia en la Casa Blanca que marcó un momento de transición nacional, Biden elogió al magistrado saliente Stephen Breyer, a quien describió como “un servidor público modelo en momentos de una gran división en el país”. Breyer cumplirá casi 28 años en el máximo tribunal cuando deje el puesto.
Biden se comprometió a nombrar a una persona digna del legado de Breyer y señaló que había estado estudiando los antecedentes y escritos de los posibles candidatos.
“No he tomado ninguna decisión, salvo una: La persona que nombraré será alguien de competencia, carácter e integridad extraordinarios”, señaló. “Y esa persona será la primera mujer negra nominada a la Corte Suprema de Estados Unidos. Debió hacerse hace mucho tiempo”.
La selección que haga Biden será histórica a simple vista: Ninguna mujer negra ha sido jamás magistrada en la Corte Suprema. Pero la decisión también ocurre en un momento crítico nacional de resarcimiento por la desigualdad racial y de género. Sin embargo, la mayoría conservadora de la corte (6-3) se mantendría intacta.
Biden está aprovechando su elección para cumplir uno de sus compromisos iniciales de campaña, uno que resucitó su moribunda campaña en las elecciones primarias y lo impulsó a la Casa Blanca en 2020.

Breyer, de 83 años, acompañó a Biden en la Casa Blanca un día después que se difundiera la noticia de su próximo retiro.
Desde que Biden asumió la presidencia en enero de 2021, se ha dedicado a nominar a un grupo diverso de jueces federales, no solo en cuanto a raza sino también en experiencia profesional. Nombró a cinco mujeres de raza negra en cortes federales de apelación, y tres nominaciones más continúan pendientes ante el Senado.
“No he tomado ninguna decisión excepto que la persona que nominaré será alguien con calificaciones, carácter, experiencia e integridad extraordinarios”, dijo Biden, acompañado por Breyer. “Y esa persona será la primera mujer de raza negra en ser nominada a la Corte Suprema de Estados Unidos. Es algo que debió hacerse hace mucho tiempo”.
Para finales de su primer año en el cargo, Biden había obtenido la confirmación para 40 jueces, la mayor cantidad desde el gobierno del presidente Ronald Reagan. De ellos, 80% son mujeres y 53% son personas no blancas, de acuerdo con la Casa Blanca.
El reemplazo de Breyer por otro juez liberal no cambiará la conformación ideológica de la corte. Los conservadores superan en número a los liberales 6-3, y los tres nominados por el entonces presidente Donald Trump llevó a la Corte Suprema incluso más a la derecha.
Biden de antemano se ha reunido con al menos una de las principales candidatas, Ketanji Brown Jackson, de 51 años, La exasistente de Breyer trabajó en la Comisión de Sentencias de Estados Unidos y ha sido una jueza federal de tribunal de primera instancia desde 2013 en el Distrito de Columbia.
El periodista de The Associated Press Mark Sherman contribuyó a este despacho.

“Lo vemos como una oportunidad para realmente comenzar un nuevo capítulo”, expresó una funcionaria de alta jerarquía en el gobierno de Joe Biden durante una conferencia de prensa telefónica en la que pidió no ser identificada, siguiendo la política de la Casa Blanca.
La vicepresidenta Kamala Harris encabezará una delegación que estará presente en la asunción de Castro el jueves, e inmediatamente después de la ceremonia ambas se reunirán para comenzar a trabajar, dijeron los funcionarios. Será el primer encuentro de la nueva presidenta hondureña con un funcionario extranjero, indicaron.
La corrupción es uno de los temas más importantes de la agenda internacional de Biden, que la considera también como una de las causas de la migración, junto con la pobreza y las dificultades económicas.
El gobierno ha prometido más de 4.000 millones de dólares en sus cuatro años de gobierno para ayudar a estos países, pero el Congreso aún no los ha aprobado.
Harris es la funcionaria de más jerarquía del gobierno de Biden que haya viajado a un país latinoamericano. Su viaje a Tegucigalpa tendrá dos objetivos fundamentales: profundizar las relaciones bilaterales y proseguir con su política de erradicación de la corrupción en los países de Centroamérica, un mal al que Estados Unidos considera como una de las causantes de la migración de decenas de miles de personas hacia la frontera con México.