
Tres estudiantes fallecieron instantaneamente y cuatro pocos minutos después de ser internados en hospitales cercanos.
El comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, detalló en conferencia de prensa que los fallecidos son cuatro varones y tres mujeres entre 21 y 23 años. Aguilera explicó que en total, 11 estudiantes cayeron unos 16,7 metros. Los cuatro restantes están internados en hospitales cercanos, tres de ellos en terapia intensiva.
Cientos de estudiantes de la carrera de Administración de Empresas celebraban la asamblea y estaban apretujados en un estrecho pasillo cuando la baranda metálica cedió y varios de ellos cayeron al vacío según se observa en imágenes difundidas por redes sociales por los mismos estudiantes.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, en la misma red social lamentó “la tragedia ocurrida en la Universidad Pública de El Alto (UPEA), donde hubo varios fallecidos y heridos. Nuestras más sentidas condolencias al pueblo alteño y a las familias dolientes. Esperamos el pronto esclarecimiento de los hechos”.

El político de 66 años, que fue presidente de 2007 a 2012, fue condenado por tratar de obtener ilegalmente información de un magistrado de alto rango en 2014 sobre una acción judicial en la que estuvo involucrado.
El tribunal dijo que Sarkozy tendrá derecho a solicitar permanecer detenido en su casa con un brazalete electrónico.
Sarkozy enfrentará otro juicio a finales de este mes junto con otras 13 personas acusadas de financiamiento ilegal de su campaña presidencial de 2012.
Es la primera vez en la historia moderna de Francia que un expresidente es hallado culpable de corrupción.

Entre los primeros en llegar para vacunarse en seis hospitales de la Manila metropolitana estaban miembros del gobierno, personal sanitario y efectivos militares y de la policía. El domingo llegaron al país 600.000 dosis donadas por China.
En el Hospital General Filipino de Manila, un centro estatal, se ofreció un acto televisado con la vacunación del director del hospital, el doctor Gerardo Legaspi, seguido de miembros del gobierno y del Departamento de Salud.
“Vacunémonos,salvemos vidas cada día. Debemos seguir adelante”, dijo el alcalde de Manila, Isko Moreno, en un discurso en el hospital. El regidor señaló que se vacunaría en una semana, después del personal sanitario.
Filipinas es uno de los últimos países del sureste asiático en recibir vacunas debido a demoras en las entregas, aunque ha reportado más de 578.300 contagios, incluidas 12.322 muertes, la segunda cifra más alta de la región por detrás de Indonesia. Las cuarentenas y restricciones han sumido la economía del país en una de las peores recesiones del sureste asiático, que provoca desempleo y hambre.

El presidente Sebastián Piñera sostuvo que el retorno a clases presenciales será “voluntario, gradual, flexible y seguro” y ante las quejas de los docentes aseguró que “en apenas dos semanas más de la mitad de los 513.000 profesores y trabajadores de la educación ya se han vacunado”. El mandatario reiteró que la falta de clases presenciales “no sólo afecta la calidad de la educación... también aumenta las brechas entre distintos grupos socioeconómicos”.
Marcela Mesa, mamá de Román Catalán, de seis años, llevó temprano a su hijo a la escuela Patricio Mekis, de la comuna rural de Padre Hurtado. “Yo quería que entrara al colegio, ya que en la casa se notó el cambio en su sociabilidad con las personas”, dijo la mujer a The Associated Press. Agregó que el niño no quería salir de su habitación por miedo al contagio, por lo que “decidimos tomar los resguardos y enseñarle a cuidarse para que pudiera asistir hoy a clases”.
El Ministerio de Educación informó que el lunes abrieron 2.470 colegios de los 9.500 que existen en el país, donde estudian 3,5 millones escolares, que impartirán clases mixtas. No revelaron cifras de estudiantes que regresaron a sus colegios el lunes.
En un balance preliminar de la jornada, Carlos Díaz, presidente del gremio que agrupa a los 250.000 profesores chilenos, dijo que el 90% de las escuelas públicas “está comenzando telemáticamente” y estimó en un 5% los estudiantes que retornaron presencialmente el lunes.

La transmisión de los resultados marchaba con lentitud y apenas un 8% de las 8.451 actas de las mesas receptoras habían logrado llegar al centro de computo del Tribunal Supremo Electoral después de más de seis horas de transcurrido el cierre de la votación.
Más temprano, Bukele publicó un vídeo en Twitter con quema de pólvora de luces multicolores y escribió la palabra “Victoria”. Mientras tanto, la empresa encuestadora CID Gallup publicó un sondeo a boca de urna de la elección para la Asamblea Legislativa que le daba a Nuevas Ideas 53 de los 84 curules.
La autoridad electoral estimó que la participación en las urnas fue del 51,5%, superior a la de las dos anteriores contiendas. Unos 5,3 millones de salvadoreños estaban facultados para emitir el voto.
Los partidos políticos establecidos en El Salvador —la derechista Alianza Nacional Republicana (Arena) y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)— buscaban mantener su control en el Congreso y otros puestos clave que han preservado desde el final de la guerra civil del país en 1992.
La ira contra los partidos que gobernaron El Salvador durante casi tres décadas llevó al joven Bukele al poder en 2019.
Aunque el nombre de Bukele no apareció en las boletas, la figura del líder de 39 años fue dominante en la campaña y todas las encuestas vaticinan que su partido Nuevas Ideas obtendría en las urnas el control del Congreso de 84 escaños y la mayoría de las alcaldías.
Bukele ha culpado al Congreso de bloquear sus esfuerzos en todo, desde el control del crimen hasta el manejo de la pandemia del nuevo coronavirus.
Luciendo una playera color cian con la N de Nayib, Estela Jiménez llegó bien temprano a un centro de votación en San Salvador con el fin de respaldar a candidatos del partido de Bukele. “Yo vengo a votar por un cambio, para sacar a los corruptos y que nuestro presidente haga un nuevo país”, manifestó la mujer.
Los opositores han advertido que la democracia en el país centroamericano está en peligro por lo que consideran una forma autoritaria de gobernar del popular mandatario salvadoreño.