Esa, dijo, será la forma de expresar el malestar que siente por la ausencia del líder indígena izquierdista Evo Morales en las elecciones presidenciales del domingo en Bolivia, las cuales podrían marcar un nuevo rumbo político para el país sudamericano.
Cruz, una maestra retirada de 67 años de origen aymara, dijo a The Associated Press que al adulterar así la paleta electoral también manifestará su inconformidad porque la población indígena, que representa más de 40% de la total del país, quedará sin el líder que la representa.
La mujer se encontraba días atrás en un local en la ciudad de El Alto y que sirve como uno de los centros desde los que se promueve la campaña de anular al voto a raíz de un llamado de Morales, el primer presidente indígena (2006-2019) que ha tenido Bolivia. Los llamados del exmandatario para hacerlo han generado reacciones en contra de opositores y la Iglesia católica, entre otros sectores.
Una prohibición que movilizó el voto nulo contra sus oponentes
El nombre de Morales no estará en las papeletas de votación tras un fallo del Tribunal Constitucional que lo inhabilitó para buscar una nueva reelección.
Ante la decisión, el exmandatario llamó a sus militantes a depositar votos nulos, una estrategia con la que, según analistas, busca demostrar que aún sigue vivo políticamente y puede ser una alternativa.
"¿Se imaginan si el voto nulo gana las elecciones? Si el domingo el voto nulo saca 25%, Evo ganó las elecciones”, aseguró Morales.
Y agregó que esa expresión electoral “es una rebelión democrática” contra el retroceso que significa el actual mandatario Luis Arce y “contra la nueva derecha y vieja derecha”, en referencia a los opositores con mayor apoyo en las encuestas, el empresario Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002).
El primero tiene poco más de del 21% de intención de voto y el segundo un 20%, según las últimas encuestas, porcentajes insuficientes para alzarse con la presidencia en la primera ronda. Para lograrlo, un candidato necesita tener más del 50% de los votos válidos o al menos 40% y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el que va en segundo lugar.
Pero Morales también llama a los votantes a desmarcarse de dos figuras del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), histórica fuerza izquierdista que él fundó y hoy está fracturada, en gran parte por las disputas internas que protagonizó con Arce. Según las encuestas, ese partido perderá la hegemonía tras casi dos décadas de estar en el poder.
En las elecciones, el MAS estará representado por Eduardo del Castillo, quien fuera ministro de Gobierno de la actual gestión. En tanto, Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y pupilo de Morales, se postula en representación de una escisión de esa fuerza. Ambos tienen escaso apoyo electoral.
El voto nulo puede expresarse de formas variadas
“Voy a llevar pintura y pintar su carita linda (la de Morales)” en la boleta, dijo Daniela Cusi, vendedora de ropa en un mercado de El Alto.
Cristina Sonco, quien regalaba a la gente calcomanías parecidas a una papeleta de votación, aseguró que pegará una de ellas en la boleta electoral y marcará la opción de Morales.
“Me miro al espejo y me doy cuenta de que soy igualita a él. Conozco mis raíces”, dijo Sonco, perteneciente al grupo indígena aymara, al que también pertenece Morales.
En otros barrios de El Alto el llamado del líder indígena no ha encontrado la misma respuesta.
“Evo quiere manipular esto a su favor”, afirmó Tomás Rafael, de 53 años y vecino del barrio de Senkata. Dijo que su voto dejará de ir a la izquierda para dirigirse a un candidato de derecha que resuelva la peor crisis en 40 años.
En tanto, Diana Mamani depositará un voto nulo, pero no porque quiera expresarse a favor de Morales, sino porque considera que ningún candidato explicó bien sus propuestas.
Qué dicen las encuestas; qué argumenta Morales
La ley en Bolivia contempla el voto válido, que es el que suma para definir al ganador; el voto en blanco, que es la papeleta devuelta sin marcas ni daños, y el voto nulo, que se traduce en una papeleta con marcas para más de un candidato y a la que se le han realizado pintadas y otras alteraciones.
Según los últimos sondeos, el porcentaje de voto nulo está entre 10,6% y 14,6%; el blanco es de alrededor de 5% y el de indecisos de algo más de 13%.
Para Morales, sería ilegítima una segunda vuelta entre los dos primeros candidatos que obtengan la mayoría de votos, pero que estén por debajo del voto nulo.
El vocal del Tribunal Supremo Electoral, Gustavo Ávila, rechazó ese punto de vista. “Hay que ser claros y contundentes: el voto nulo y el blanco solo (son para) fines estadísticos… La ley dice que solamente se computan los votos válidos”.
“Si (se) obtiene un cierto porcentaje de votos nulos, ¿se anularía una elección? De ninguna manera, porque los votos blancos y nulos no se toman en cuenta”, remarcó Ávila.
¿Desde dónde dirige su campaña el líder indígena?
Tras quedar fuera de la contienda electoral, Morales permanece recluido en la región cocalera del Chapare, su bastión en el centro del país.
Más allá de la disputa política, el expresidente enfrenta una situación judicial compleja: sobre él pesa una orden de detención por haberse negado a declarar en una investigación judicial en su contra por el presunto abuso de una menor cuando era mandatario. Por otro lado, el gobierno lo denunció por terrorismo y por obstaculizar el proceso electoral tras diversas protestas de sus partidarios que, según las autoridades, él instigó.
El afán por seguir en el centro del escenario político
Según analistas, para Morales hacer este tipo de campaña se ha convertido en una astuta forma de seguir teniendo influencia en el escenario político, canalizando la apatía del electorado y la indignación por la actual gestión de la crisis económica.
“Morales conserva un apoyo ferviente que ningún otro candidato puede ostentar”, dijo la escritora aymara Quya Reyna.
El analista político Carlos Saavedra consideró en tanto que el expresidente “contará los votos nulos, los votos en blanco y dirá: ‘Soy el ganador de las elecciones sin siquiera haber participado”. Indicó que esa postura “puede tener algo de valor simbólico”, pero en términos políticos Morales “está perdiendo toda la representación” y tendrá que contentarse con ser parte de la oposición.
El indígena renunció al gobierno en 2019 en medio de un estallido social luego de las elecciones presidenciales que alegó haber ganado y que fueron consideradas fraudulentas.
Pero desde 2020 no dejó de intentar su regreso al poder con maniobras que incluyeron colocar a aliados en los máximos tribunales del país o ignorar un referéndum que bloqueaba su candidatura, según han cuestionado sus oponentes.
POR PAOLA FLORES E ISABEL DEBRE
(Foto AP/Natacha Pisarenko)