
Aproximadamente una tercera parte de los 38 millones de habitantes de Afganistán no saben si podrán comer todos los días, declaró Ramiz Alakbarov, coordinador humanitario de la ONU en el país.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha traído comida y la ha repartido a decenas de miles de personas en las semanas recientes, pero con la inminente llegada del invierno y la sequía reinante, se requieren por lo menos 200 millones de dólares para alimentar a los afganos más vulnerables, señaló.
“La difícil temporada de invierno se está acercando, y si no llegan más fondos, la reserva de alimentos se agotará para fines de septiembre”, destacó en conferencia de prensa virtual.
Previamente, funcionarios de la ONU dijeron que de los 1.300 millones de dólares necesarios para las labores de asistencia, se ha recibido sólo el 39%.

En un colegio de Quito el presidente Guillermo Lasso afirmó que los estudiantes se reincorporan a clases con ilusión porque vuelven a ver personalmente a sus compañeros “a sus profesores y con la seguridad de que sus profesores han sido vacunados y muy seguramente la mayoría de ustedes también”.
Sin embargo, advirtió que “no abandonemos la mascarilla, que no dejemos de lavarnos las manos y ponernos alcohol con frecuencia durante el día, no bajemos la guardia”.
Se estima que unos 172.000 niños y jóvenes retornarán a clases presenciales de forma voluntaria en 1.211 unidades educativas de un total de 1,7 millones de estudiantes de 5.800 planteles escolares.
La ministra de Educación, María Brown, dijo a periodistas al inicio de la jornada que se ha verificado que las instituciones educativas “cuenten con la infraestructura necesaria, que tengan las medidas de bioseguridad, el aforo necesario para el número de estudiantes que retornan a las aulas de manera presencial respetando 2,25 metros cuadrados por persona para que no existan aglomeraciones y que tengan horarios de clases alternados”.
Añadió que la mayoría de los jóvenes seguirán con clases virtuales y con el apoyo de la enseñanza por la televisión, radio y redes sociales. También habrá profesores que se desplacen hacia la comunidad para apoyar el aprendizaje.

Durante 20 años, dijo Putin, las fuerzas armadas estadounidenses en Afganistán “trataron de... civilizar a la gente que vive ahí, introducir sus normas y estándares de vida en el sentido más amplio de la palabra, incluida la organización política de la sociedad”.
“El resultado es puras tragedias, puras pérdidas, para quienes lo hacían —Estados Unidos— y mucho más para el pueblo de Afganistán. El resultado es cero, si no negativo”, dijo Putin.
El presidente ruso añadió que “es imposible imponer algo desde afuera” y que “si alguien le hace algo a alguien, debe basarse en la historia, la cultura, la filosofía de vida de esta gente en el sentido más amplio de la palabra. Debe respetar sus tradiciones”.
Moscú, cuya guerra de 10 años en Afganistán culminó con la retirada de las fuerzas soviéticas en 1989, regresó hace algunos años en el papel diplomático de mediador. Rusia ha hablado con las facciones enfrentadas, incluido el Talibán, a pesar de que lo califica de organización terrorista.

Las imágenes gubernamentales difundidas el miércoles, junto con fotografías adicionales tomadas por la AP desde un helicóptero el martes, también muestran instalaciones portuarias, refinerías y astilleros de Luisiana en el trayecto de la tormenta donde el brillo arcoíris —indicador típico de derrames de petróleo y combustible— es visible en aguas de bahías y pantanos.
Las autoridades reguladoras estatales y federales dijeron el miércoles que les había sido imposible llegar al área afectada debido a las condiciones difíciles en la zona de desastre.
Las fotografías de la NOAA (siglas en inglés de la agencia) muestran una mancha negra flotando en el golfo cerca de una enorme plataforma cuyo helipuerto tenía pintado el nombre de Enterprise Offshore Drilling. La compañía, con sede en Houston, no había respondido el miércoles a solicitudes que se le hicieron por teléfono o correo electrónico para que diera declaraciones.
Las fotos áreas tomadas el martes por la NOAA mostraban asimismo inundaciones considerables en la enorme refinería Phillips 66 Alliance que se extiende a un lado del río Mississippi, al sur de Nueva Orleans. En algunas secciones de la refinería, el resplandor arcoíris es visible en el agua que va hacia el río.
Cuando le preguntaron el lunes sobre reportes de roturas en diques cerca de la refinería, Bernardo Fallas, portavoz de Phillips 66, dijo que había “algo de agua” en las instalaciones, y subrayó que las operaciones fueron suspendidas antes de la tormenta. Al preguntarle un reportero el martes sobre los posibles riesgos ambientales procedentes de las instalaciones, Fallas lo remitió a un comunicado de la compañía en su página web en el que dice que su respuesta está centrada “en garantizar la seguridad y el bienestar de nuestros empleados y comunidades vecinas”.
Después de que la AP enviara el miércoles fotografías a Phillips 66 que mostraban amplias inundaciones en su refinería y lo que parece ser petróleo en el agua, Fallas reconoció en un correo electrónico que la empresa podía confirmar que había “descubierto un brillo de origen desconocido en algunas zonas inundadas de la Refinería Alliance”.
“En este momento, el brillo parece haber sido asegurado y contenido dentro del complejo de la refinería”, dijo Fallas el miércoles en la noche. “Equipos de limpieza se encuentran en el lugar. El incidente fue informado a las agencias reguladoras adecuadas apenas fue descubierto”.
Fallas se abstuvo de responder cuando se le preguntó si el derrame fue reportado después de que la AP enviara a la compañía las fotografías cuatro horas antes.
Phillips puso a la venta la Refinería Alliance la semana pasada, antes de que la tormenta azotara la zona, diciendo que las condiciones en el mercado no son favorables.

El anuncio tiene lugar después de que delegados de la oposición concluyeran recientemente en México la primera fase de un proceso de diálogo con negociadores del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
“Sabemos que estos comicios no serán unas elecciones justas, convencionales; la dictadura (como llaman al gobierno de Maduro) ha impuesto obstáculos graves que ponen en riesgo la expresión de cambio del pueblo venezolano, sin embargo, entendemos que será un terreno de lucha útil” rumbo a unas elecciones “presidenciales y legislativas libres”, destacaron en un comunicado los miembros de la llamada “Plataforma Unitaria de Venezuela”, que aglutina a las fuerzas opositoras.
Maduro, en un acto de gobierno televisado, saludó la decisión de sus enconados adversarios de participar en las elecciones. “La soberanía popular se ha vuelto a imponer. Se ha abierto un ciclo de estabilidad política que debe ser por lo menos hasta el 2030. Cada voto que se ve es una apuesta al diálogo, a la paz, la reconciliación”, indicó.
La oposición había boicoteado los anteriores procesos electorales con el argumento de que en el país sudamericano no existían las condiciones para unos comicios libres y justos. Uno de ellos fueron los comicios de mayo del 2018, en que Maduro aseguró la reelección y que fueron cuestionados por la comunidad internacional.