NUEVA YORK (AP) — Gracias a Serena Williams, este Abierto de Estados Unidos será como ningún otro.
Si acaba siendo o no el último torneo de una larga, ilustre y trascendente carrera —en el tenis profesional, quizás más que en cualquier otro deporte, las despedidas pueden ser sólo un hasta la vista— la cita de dos semanas que arranca el lunes en las canchas duras de Flushing Meadows y cierra el calendario de Grand Slams en 2022 orbitará totalmente en torno de Williams.
Al menos mientras siga en carrera.
Es lo apropiado, puesto que en la mayor parte de las últimas dos décadas, con el US Open en particular, mucho ha girado en torno a Williams, quien cumplirá 41 años el próximo mes.
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