ClerigocrisisBAGDAD (AP) — El principal clérigo chií de Irak advirtió el viernes sobre una guerra civil luego de que las fuerzas de seguridad balearon y mataron a 40 personas en la capital y en provincias del sur del país en la víspera, y pidió a legisladores que “reconsideren” su apoyo al actual gobierno.
 
Otros tres manifestantes fallecieron y ocho más resultaron heridos el viernes a manos de las fuerzas de seguridad, que emplearon munición real en la ciudad sureña de Nasiriyah en otra jornada sangrienta.
 
Durante su sermón semanal desde la ciudad santa de Najaf, el gran ayatolá Ali al-Sistani afirmó que el parlamento que votó al gobierno del primer ministro, Adil Abdul-Mahdi, debería “reconsiderar sus opciones”.
 
“Pedimos a la Cámara de Representantes, de la cual surgió este gobierno, que reconsidere sus opciones al respecto”, dijo el clérigo en el comunicado.
 
Al-Sistani dijo también que los manifestantes deben diferenciarse entre pacíficos y aquellos con intenciones malignas de apropiarse de su movimiento, luego de la quema de un edificio del consulado iraní en Najaf el miércoles. Según las autoridades, el incendio fue perpetrado por saboteadores ajenos a quienes se manifiestan de forma pacífica.
 
Tras el sermón, Qais al-Khazali, líder de una milicia respaldada por Irán, tuiteó: “Estoy a sus órdenes como su seguidor y estoy listo para apoyarlo”.
 
El partido islámico Dawa pidió al parlamento que se reúna de inmediato y elija un gobierno alternativo, según un comunicado.
 
Cuarenta manifestantes murieron el jueves por disparos de las fuerzas de seguridad en la capital, Bagdad, y en las ciudades de Najaf y Nasiriya, en el sur del país el jueves. La radicalización de la violencia continuaba el viernes.
 
Las fuerzas de seguridad mataron a tres personas e hirieron a otras ocho en Nasiriyah cuando los manifestantes intentaron entrar a la ciudad para reanudar una sentada, explicaron funcionarios de seguridad y hospitalarios. Las fuerzas de seguridad dispararon fueron real en la víspera para dispersar a los inconformes que ocupaban dos puentes clave, matando a 31 personas.
 
En Bagdad, los manifestantes se congregaron en torno a la histórica calle Rasheed, cerca del estratégico puente Ahrar, y quemaron una bandera iraní mientras coreaban “¡Fuera Irán!”.
 
Al menos 400 manifestantes perdieron la vida desde el 1 de octubre, cuando miles de iraquíes salieron a la calle en la capital y en el sur, de mayoría chií, para protestar contra la corrupción, la falta de servicios públicos y el desempleo.