Papa ZelenskyROMA (AP) — El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy se reunió en privado con el papa Francisco en el Vaticano el sábado y más tarde afirmó que buscó el apoyo para el plan de paz de Ucrania de parte del pontífice, quien anteriormente se ha ofrecido a hacer lo posible para poner fin a la guerra desatada por la invasión rusa a Ucrania hace un año.
Zelenskyy se llevó la mano al corazón y dijo que era “un gran honor” reunirse con el papa, que —utilizando un bastón por un problema de rodilla— se acercó a saludar al mandatario ucraniano antes de conducirlo a un estudio papal cercano a la sala de audiencias del Vaticano.
En un tuit después de la audiencia de 40 minutos, Zelenskyy expresó su agradecimiento a Francisco por “su atención personal a la tragedia de millones de ucranianos”. Dijo que habló con el pontífice “sobre las decenas de miles de niños (ucranianos) deportados. Debemos hacer todo lo posible para devolverlos a casa”.
El mes pasado, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, se reunió con Francisco en el Vaticano y dijo que le pidió al pontífice que ayudara a Ucrania a recuperar a los niños que fueron llevados ilegalmente a Rusia tras la invasión. Pero la declaración escrita del Vaticano del sábado no mencionó la petición.
En vez de eso, el Vaticano señaló que ambos hablaron sobre la “situación humanitaria y política de Ucrania provocada por la guerra en curso”.
“El papa aseguró su oración constante, testimoniada por sus numerosos llamamientos públicos y por su continua invocación del Señor por la paz, desde febrero del año pasado”, agregó el Vaticano, en referencia a la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022, por el ejército ruso.
La reunión tuvo lugar luego que el Ministerio de Defensa de Rusia informó que misiles de crucero de largo alcance Storm Shadow entregados a Ucrania por el Reino Unido esta semana impactaron empresas civiles no especificadas en la provincia de Luhansk, en el extremo este de Ucrania. Las autoridades de Luhansk aseveraron por separado que otro ataque con misiles afectó la capital regional e hirió a una anciana.
Dos helicópteros rusos Mi-8 y un cazabombardero Su-34 se estrellaron el sábado en la región de Bryansk, fronteriza con Ucrania, informaron la agencia estatal de noticias Tass y un canal Telegram cercano al Ministerio de Defensa ruso; el periódico Kommersant citó informes de dos aviones de combate que se estrellaron. Las causas de los accidentes no se revelaron de inmediato, pero en Bryansk crece la preocupación por los ataques transfronterizos desde Ucrania.
Algunas unidades ucranianas continúan avanzando cerca de Bájmut, dijo el comandante de las fuerzas terrestres de Ucrania el sábado, sólo un día después que los comandantes ucranianos dijeran que sus tropas recuperaron territorio en el escenario de la batalla más larga y sangrienta de la guerra.
“Nuestros soldados están avanzando en algunos sectores del frente y el enemigo está perdiendo equipo y mano de obra”, dijo Oleksandr Syrskyi en Telegram.
Zelenskyy añadió que le pidió al papa que condenara los “crímenes (rusos) en Ucrania” porque “no puede haber igualdad entre la víctima y el agresor”.
“También hablé sobre nuestra Fórmula de la Paz como el único algoritmo efectivo para lograr una paz justa”, dijo Zelenskyy. Más tarde, en una entrevista en la televisión estatal italiana, el líder ucraniano dijo que el papa “conoce mi posición. La guerra está en Ucrania, por eso tiene que ser el plan de Ucrania” para lograr la paz.
El plan de 10 puntos de Zelenskyy propone la creación de un tribunal especial para procesar los crímenes de guerra rusos. También establecería una arquitectura de seguridad europeo-atlántica con garantías para Ucrania, restauraría la infraestructura eléctrica dañada de Ucrania y garantizaría la seguridad alrededor de la planta de energía nuclear más grande de Europa en Zaporiyia.
Horas antes el sábado, Zelenskyy se reunió con dirigentes italianos después de un vuelo matutino a Roma. Recibió garantías de los funcionarios italianos de que Kiev seguirá recibiendo ayuda financiera y militar ilimitada, así como un mayor respaldo al objetivo preciado de Ucrania de unirse a la Unión Europea.
El mandatario ucraniano se reunió también con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
“El mensaje es claro y simple”, declaró Meloni, flanqueada por Zelenskyy mientras los dos hablaban ante los reporteros después de su reunión en su oficina, que duró más de una hora. “El futuro de Ucrania es un futuro de paz y libertad. Y es el futuro de Europa, un futuro de paz y libertad, para el que no hay otras soluciones posibles”.
Meloni, quien ya se había reunido con Zelenskyy en Ucrania en febrero, justo antes del aniversario de la invasión, renovó su compromiso de defender las ambiciones de Ucrania en la UE y dijo que Ucrania estaba avanzando con las reformas necesarias a pesar de la guerra.
La primera ministra, que respalda firmemente la ayuda militar para Ucrania, dijo que Italia respaldaría al país “360 grados durante todo el tiempo que sea necesario y más allá”.
Aunque su partido de ultraderecha, Hermanos de Italia, defiende radicalmente el principio de soberanía nacional, Meloni ha tenido que lidiar con los líderes de dos socios de su coalición que profesan abiertamente desde hace años su admiración por el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
El ex primer ministro Silvio Berlusconi, aliado del grupo de gobierno, ha presumido de su amistad con Putin mientras que otro aliado, el líder de la Liga, Matteo Salvini, ha cuestionado el valor de las sanciones económicas contra Moscú.
Zelenskyy inició su agenda oficial en Roma con una visita al presidente Italiano, Sergio Mattarella, en el palacio presidencial del Quirinale.
“Estamos totalmente a su lado”, le dijo Mattarella al recibirlo.
Tras su encuentro, fuentes del palacio afirmaron que el presidente italiano aseguró a su invitado que Italia seguirá respaldado a Ucrania militar y financieramente, así como con ayuda para la reconstrucción y humanitaria, y tanto a corto como a largo plazo.
Desde el inicio de la guerra en febrero del año pasado, Italia ha proporcionado unos 1.000 millones de euros (1.100 millones de dólares) en ayuda militar, financiera y humanitaria.