La UEFAGINEBRA (AP) — Jürgen Klopp no pudo resistirse al lanzarle un dardo a la UEFA por el costo y el método de repartición de entradas, algo que por enésima vez genera conflictos en la antesala de las tres finales europeas.
Las decisiones de la UEFA generan millones de dólares en ingresos que benefician directamente a los clubes, pero raras veces dejan contentos a los aficionados que anhelaban acudir a los partidos.
El miércoles, una pequeña proporción de hinchas del Eintracht Frankfurt y Rangers de Glasgow ingresarán al estadio en Sevilla para la final de la Europa League. Apenas la mitad de los 40.000 boletos fueron asignados para las fervientes barras de ambos clubes.
Los hinchas de Liverpool quedaron mejor para la final de la Liga de Campeones ante el Real Madrid en el Stade de France el 28 de mayo. La UEFA repartió 20.000 entradas de las 75.000 disponibles para cada equipo, además de subvenciones que dejaría el boleto más económico en 60 euros (63 dólares).
Pero ello no fue suficiente, según un represante de las barras de Liverpool. Sostiene que la UEFA recabará esta temporada mucho más dinero procedente de la venta de entradas de la final de la Liga de Campeones de lo que se facturó cuando los mismos dos equipos se medieron por el título en 2018.
“Ellos (la UEFA) no son los santos del fútbol, nunca lo han sido”, dijo Klopp, subrayando que comprendía en un “100,000%” el sentir de los aficionados.
No quedó claro si las barras y Klopp — quien posteriormente recibió una llamada telefónica del presidente de la UEFA Aleksander Čeferin — entienden con exactitud a dónde se destina el dinero recabado en concepto de hospitalidad corporativa en las finales europeas, y quiénes reciben la mayor tajada.
(Alerta de spoiler: Ese dinero acaba en las arcas de clubes en toda Europa, beneficiados por los premios y pagos de solidaridad que salen del fondo de 3.500 millones de euros (3.700 millones de dólares) alimentado por los ingresos comerciales de las competiciones de hombres.
LAS FINALES
Tres partidos en 11 días completarán la temporada en Europa, con seis equipos de seis países distintos.
Liverpool-Real Madrid en la Champions. Eintracht Frankfurt-Rangers en la Europa League. Y Feyenoord-Roma en la primera edición de la Europa Conference League.
Cada club presume de momentos gloriosos en las citas continentales, y la mayoría lleva esperando mucho tiempo para escribir un nuevo capítulo.
Lo malo para la UEFA es que la demanda de entradas excede la oferta.
El Stade de France, en los suburbios al norte de París, tiene un aforo de 75.000 para los partidos de fútbol. Supera por 10.000 la capacidad del escenario original — la UEFA sacó la final de San Petersburgo cuando Rusia invadió a Ucrania.
Tanto Eintracht como Rangers hubieran copado por sus propios medios el Ramón Sánchez Pizjuán en Sevilla, pero la situación es peor para la final de la Europa Conference en Albania. El Estadio Nacional en Tirana apenas podrá recibir a 20.000 el 25 de mayo, y Feyenoord y Roma recibieron sendas asignaciones de 4.000 entradas.
La asignación de 40% para los clubes es muy baja para una final, según la Asociación de Aficionados de Fútbol de Europa, que colabora con la UEFA en temas sobre hinchadas. El número suele oscilar entre 52% y 58%.
Feyenoord patentizó su decepción y advirtió a sus seguidores que eviten comprar en el mercado de reventa.
LA SEDE
El comité ejecutivo de la UEFA elige los estadios para las finales con al menos un año de anticipación para asegurar la cooperación de la ciudad sede y la cantidad necesaria de cuartos de hotel.
Organizar un partido apenas tres semanas que se sepan los dos finalistas es “insostenible”, dijo a The Associated Press Ronan Evain, el director ejecutivo de la Asociación de Hinchas de Europa.
La UEFA es cautelosa en cuanto a la demanda luego que algunas finales de la Europa League, como las de 2014 en Turín y la de 2015 en Varsovia, ambas con el Sevilla, acabaron con muchos claros en las tribunas.
Tal mesura no existió para la Europa Conference League, al anticiparse equipos de menor jerarquía. Macedonia del Norte quiso ser anfitriona de la final, con un estadio con capacidad para 30.000 espectadores en Skopje.
La federación albanesa de fútbol, como la de Azerbaiyán para la final de 2019 en la Europa League en Baku, fue recompensada por la inversión que hizo en un nuevo estadio nacional.
LA REPARTICIÓN
El monto combinado de 53% de entradas asignadas a Liverpool y Real Madrid sigue la corriente de las recientes finales de la Champions. También son 3.000 boletos más que cada club recibió para la final de 2018 en Kiev.
Más problemática fue la venta de 12.000 boletos en la web de la UEFA en abril antes que se completasen las semifinales. Las correspondientes 8.500 entradas de la venta general para el duelo en Tirana superó las cuotas de los clubes.
“La gran mayoría (de esas entradas) acabó en las plataformas de reventas y que son adquiridas por hinchas de los dos clubes (a precios más caros”, dijo Evain, resultando que es lo parte más injusta de los criterios de la UEFA.
Klopp y los hinchas de Liverpool se irritaron al enterarse de la cueta para los patrocinadores que, como Čeferin subrayó pagan “100 o más millones de euros” cada temporada.
“Es parte de la obligación contractual que tenemos”, dijo Čeferin la semana pasada, defendiendo los acuerdos con marcas como FedEx, Mastercard y PlayStation.
El Madrid recibirá unos 125 millones de euros (131 millones de dólares) de la UEFA esta temporada, y Liverpool obtendrá un poquito menos. Los campeones de la Europa League suelen recibir entre 30 y 35 millones de (31 y 37 millones de dólares) de la UEFA.
EL COSTO
La UEFA congeló el precio más barato para una entrada de la final de la Champions, en 70 euros (74 dólares) hasta 2024, dijo Evain.
Como recompensa a la lealtad de los aficionados durante la pandemia, la UEFA ofreció cubrir el costo de miles de entradas para los dos finalistas. Liverpool y Real Madrid prefirieron descuentos en las categorías más baratas para que más gente se beneficiara.
“Para nosotros, poco cambiaría si todas las entradas costasen 10 euros (10.50 euros), pero cambia mucho para los clubes”, dijo Čeferin.

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